Un estudio reciente revela que un colosal impacto de meteorito, ocurrido hace aproximadamente 3.26 mil millones de años, pudo haber desempeñado un papel crucial en la promoción de la vida microbiana en la Tierra primitiva. Esta investigación, liderada por Nadja Drabon de la Universidad de Harvard, sugiere que las consecuencias del impacto podrían haber creado condiciones favorables para que la vida prosperara.
El meteorito, estimado en 50 a 200 veces más grande que el que contribuyó a la extinción de los dinosaurios, chocó en lo que hoy es Sudáfrica, una región que era una mar poco profunda. La evidencia del sitio muestra que el impacto liberó nutrientes vitales, particularmente fósforo y hierro, que eran escasos en los océanos en ese momento.
Drabon señaló: "No solo encontramos que la vida tiene resiliencia, porque aún encontramos evidencia de vida después del impacto; de hecho, creemos que hubo cambios en el medio ambiente que fueron realmente buenos para la vida." El estudio, publicado en la revista PNAS el 21 de octubre, destaca la naturaleza dual de tales eventos catastróficos, que pueden llevar tanto a la destrucción como a la oportunidad para la vida.
La evidencia geológica incluye esférulas, formadas a partir de roca fundida, y conglomerados que indican un tsunami que remodeló el fondo marino. Estos hallazgos sugieren que el impacto no solo causó devastación inmediata, sino que también condujo a un renacimiento de la vida en los años siguientes. La afluencia de fósforo del meteorito habría sido particularmente significativa, ya que es un nutriente esencial para la vida.
Además, la mezcla de aguas oceánicas profundas causada por el tsunami trajo hierro a regiones más superficiales, facilitando el crecimiento de poblaciones microbianas. Esta investigación arroja luz sobre cómo la vida en la Tierra se ha adaptado y evolucionado en respuesta a los cambios ambientales provocados por eventos cósmicos.
Drabon enfatiza la importancia de estos hallazgos, afirmando: "Cada impacto tendrá algunos efectos negativos y algunos positivos." Las implicaciones de este estudio van más allá de comprender la vida temprana; también pueden informar las perspectivas científicas actuales sobre la resiliencia y la adaptabilidad frente a los cambios ambientales.