En un desarrollo revolucionario, investigadores de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, anunciaron el 25 de octubre de 2024 la exitosa síntesis en laboratorio de tetrataenita, un metal originalmente derivado de meteoritos. Este descubrimiento podría alterar significativamente el panorama de la tecnología moderna, especialmente en vista de la actual dependencia global de los elementos de tierras raras.
La tetrataenita, caracterizada por su estructura tetragonal formada por níquel y hierro, ha sido identificada como similar a los metales de tierras raras esenciales para diversas tecnologías, incluyendo infraestructura de energía renovable, teléfonos inteligentes, baterías de vehículos eléctricos, submarinos nucleares y aviones de combate. El proceso de síntesis implicó calentar materiales específicos a una impresionante temperatura de 1,443 °C, resultando en un metal con propiedades magnéticas similares a las del disprosio, el prasiodimio y el neodimio.
Las implicaciones de este descubrimiento son profundas. Con China controlando aproximadamente el 70% de la producción mundial de tierras raras y reduciendo recientemente las exportaciones a Estados Unidos y Europa, la capacidad de producir tetrataenita en un laboratorio podría aliviar las preocupaciones sobre la vulnerabilidad de la cadena de suministro. Además, puede reducir los impactos ambientales asociados con la minería de tierras raras, que a menudo ocurre en regiones ecológicamente sensibles.
A medida que la demanda de elementos de tierras raras sigue aumentando, el potencial de la tetrataenita sintetizada en laboratorio para reemplazar estos materiales ofrece una vía prometedora para un abastecimiento más sostenible y ético de materiales críticos. Si se escala de manera efectiva, esta innovación podría llevar a un cambio significativo en las dinámicas económicas y geopolíticas del mercado de tierras raras, allanando el camino hacia un futuro tecnológico más resiliente.