Nuevos descubrimientos en física y química: aplicaciones potenciales para un futuro sostenible

Editado por: Vera Mo

La inmensidad de Groenlandia, la isla más grande del mundo, ha cautivado a los exploradores durante milenios. Desde Erik el Rojo, que fundó el primer asentamiento europeo hace más de mil años, hasta las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, sus costas aisladas han atraído a aventureros de todo el mundo.

Ahora, Groenlandia vuelve a atraer la atención mundial, esta vez por su riqueza mineral potencial. Las extensas cartografías y exploraciones realizadas durante el último siglo han revelado pruebas de importantes recursos minerales, incluidos los elementos de tierras raras y los minerales esenciales para las tecnologías energéticas verdes, así como sospechosas reservas de combustibles fósiles.

Los científicos estiman que Groenlandia posee vastas reservas de petróleo y gas natural. Desde la década de 1970, las compañías petroleras y gasísticas han buscado antiguos reservorios frente a las costas de Groenlandia, pero sus esfuerzos no han dado resultados significativos. Sin embargo, la geología de la plataforma continental de Groenlandia presenta similitudes con otros yacimientos de combustibles fósiles del Ártico.

En 1850, se descubrió el mineral criolita, conocido como “hielo que nunca se derrite” debido a su punto de fusión extremadamente alto, en el suroeste de Groenlandia. Los colonos comenzaron a explotar la criolita después de enterarse de su uso en la fabricación del bicarbonato de sodio. Durante la Segunda Guerra Mundial, la mina de Ivittuut suministró a las fuerzas aliadas criolita, un mineral esencial en la producción de aluminio utilizado en los aviones.

Aunque Groenlandia probablemente contiene minerales esenciales, no está claro si la minería es económicamente viable. Aquí es donde entra en juego la exploración, como destaca la BBC.

“La exploración minera es una de las empresas más difíciles y arriesgadas de la industria minera”, afirma Simon Jowitt, director del Centro de Investigación y Geología Económica Ralph J. Roberts de la Universidad de Nevada.

Señala que por cada 100 proyectos de exploración minera, solo uno puede convertirse en una mina.

Si los esfuerzos de exploración revelan el potencial de una mina, puede llevar un promedio de 10 años pasar de la exploración a la producción, explica Jowitt.

“Depende de dónde te encuentres, de la infraestructura, de los permisos y de otras cosas que debes hacer para asegurarte de que estás explotando de manera responsable”, explica.

Cabe destacar que Groenlandia sufre una notable falta de infraestructura: una vez que sales de la ciudad, no hay carreteras ni ferrocarriles en las zonas rurales.

“Moverse no es fácil: no puedes conducir un vehículo todoterreno por el terreno de Groenlandia. Los viajes se realizan en barco o en avión, no en coche. La falta de una infraestructura bien establecida podría resultar un desafío para las operaciones mineras”, explica Jowitt.

El procesamiento de minerales también puede ser una empresa difícil. Estos depósitos son muy, muy difíciles de procesar y, a veces, están estrechamente asociados con el uranio u otros elementos que los equipos pueden no querer explotar.

¿Encontró un error o inexactitud?

Consideraremos sus comentarios lo antes posible.