Imagina un mundo donde la calidad del aire de tu hogar se monitorea tan fácilmente como tus pasos diarios. Investigadores de la Universidad de Harvard han desarrollado un sensor innovador que podría hacer de esto una realidad. Inspirada en el notable sentido del olfato de los perros y otros mamíferos, esta nueva tecnología tiene como objetivo detectar compuestos orgánicos volátiles (COV) nocivos en el aire, sustancias que pueden emanar de artículos comunes del hogar como muebles y pisos.
Desde el 11 de octubre de 2024, Joanna Aizenberg, profesora de la escuela de ingeniería de Harvard, destacó un problema significativo con los sensores de calidad del aire actuales: a menudo no pueden diferenciar entre compuestos dañinos e inofensivos. “Ninguno de los sensores que existen ahora puede decirte compuestos orgánicos específicos en el aire”, comentó, señalando las limitaciones de las tecnologías existentes que o bien informan sobre los COV totales o requieren pruebas de laboratorio para su precisión.
Este sensor innovador promete retroalimentación en tiempo real, permitiendo a los usuarios comprender los contaminantes específicos que podrían estar inhalando, desde sustancias benignas como el aroma de naranjas frescas hasta productos químicos peligrosos como el benceno. Las aplicaciones potenciales de esta tecnología son vastas, desde mejorar la calidad del aire interior en hogares hasta aumentar la seguridad en lugares de trabajo y espacios públicos.
A medida que la contaminación del aire se convierte en una preocupación cada vez mayor a nivel mundial, este nuevo sensor podría empoderar a las personas para que tomen el control de su entorno, lo que lleva a condiciones de vida más saludables y decisiones informadas sobre los productos que utilizan. Al mirar hacia un futuro donde la tecnología imita a la naturaleza, este descubrimiento ilumina el camino hacia un aire más seguro y limpio.