Un nuevo marcador genético llamado RUBY, diseñado por científicos de la Universidad de California, Riverside, proporciona una forma más segura y visible de rastrear la expresión génica, beneficiando la investigación genética y, potencialmente, la seguridad alimentaria.
El marcador RUBY produce un pigmento rojo vivo, similar a los compuestos de betalaína que se encuentran en las remolachas. Esto ofrece una alternativa más segura a los marcadores tradicionales de resistencia a antibióticos o herbicidas, que pueden dañar las células de prueba. RUBY actúa como un indicador visual no destructivo, que transforma las células transformadas en un color rojo distintivo.
Los investigadores demostraron la aplicación de RUBY creando plantas de mostaza genéticamente modificadas. Estas plantas cambian de color cuando se exponen al pesticida azinfos-etil. Esto podría permitir que la industria alimentaria utilice plantas modificadas con RUBY como biosensores.
Estos biosensores podrían detectar residuos de pesticidas u otros contaminantes químicos en los sistemas de producción de alimentos. Este innovador marcador tiene un valor significativo para mejorar el monitoreo de la seguridad alimentaria y las prácticas de investigación genética.