El descubrimiento de fósiles de algas marinas antiguas proporciona información crucial sobre la evolución de las plantas terrestres, lo que sugiere que sus orígenes pueden estar arraigados en entornos marinos antes de lo que se pensaba, lo que beneficia nuestra comprensión de la historia de la vida.
Los científicos han desenterrado fósiles de *Tarimochara miraclensis*, un tipo de alga Charophyceae, en calizas marinas que datan de hace 453 a 449 millones de años. Este hallazgo desafía la creencia de larga data de que las Charophyceae, consideradas ancestros de las plantas terrestres, eran exclusivamente organismos de agua dulce durante ese período. El descubrimiento sugiere que desarrollos evolutivos clave ocurrieron en entornos marinos.
La morfología del alga, incluidas las paredes celulares calcificadas y los órganos reproductores complejos, se alinea con las Charophyceae modernas. Esto indica que la canalización de la meiosis, el proceso que asegura la formación de esporas haploides a partir de células diploides, puede haber evolucionado en ancestros marinos. Este descubrimiento recalibra la línea de tiempo evolutiva, lo que sugiere que linajes complejos de carofíceas se diversificaron en entornos marinos antes de que aparecieran las plantas terrestres.
Esta investigación destaca la importancia de los entornos marinos en la evolución temprana de las plantas. El descubrimiento alienta a una mayor exploración de cuencas sedimentarias similares, lo que podría revelar más formas de transición. Comprender las adaptaciones de estas primeras algas puede informar modelos de evolución y resiliencia del genoma de las plantas, ofreciendo información valiosa sobre los orígenes de la vida en la Tierra.