Nuevas investigaciones acotan la línea de tiempo de la hibridación entre neandertales y humanos modernos

Recientes estudios han refinado la línea de tiempo para la hibridación entre neandertales y humanos modernos, estableciendo que comenzó hace alrededor de 50,500 años y persistió durante aproximadamente 7,000 años.

Un estudio, publicado en la revista Nature, presenta el genoma humano moderno más antiguo conocido secuenciado de un pequeño grupo de europeos tempranos que se habían mezclado recientemente con neandertales. Otro estudio en Science analizó varios genomas humanos contemporáneos junto con 58 genomas antiguos de restos humanos modernos descubiertos en Eurasia.

Los hallazgos indican que tanto los humanos modernos como los neandertales coexistieron en Eurasia durante un período de 6,000 a 7,000 años, lo que llevó al intercambio de material genético. Los eurasiáticos de hoy llevan entre el 1% y el 2% de su genoma de ascendencia neandertal.

Nuevas estimaciones sugieren que la fecha promedio para la hibridación entre neandertal y Homo sapiens es de aproximadamente 47,000 años, refinando estimaciones anteriores que variaban entre 54,000 y 41,000 años. Además, se cree que la migración inicial de humanos modernos desde África hacia Eurasia ocurrió alrededor de 43,500 años atrás, lo que es más reciente de lo que se pensaba anteriormente.

Priya Moorjani, autora principal del estudio en Science, destacó que las diferencias genéticas entre los dos grupos eran mínimas, lo que les permitió hibridarse y producir descendencia fértil. Esto sugiere que los neandertales y los primeros humanos modernos eran genéticamente más similares de lo que se entendía previamente.

Las investigaciones proporcionan una comprensión más matizada de los patrones de migración humana y las complejidades de las interacciones entre neandertales y humanos modernos, indicando que el cruce de estas poblaciones fue un proceso continuo en lugar de esporádico.

Además, los estudios encontraron que ciertos genes neandertales, particularmente aquellos relacionados con la función inmunitaria, la pigmentación de la piel y el metabolismo, podrían haber proporcionado rasgos ventajosos para la supervivencia de los primeros humanos modernos en entornos difíciles.

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