Una mutación genética, CCR5Δ32, que proporciona protección contra el VIH, se originó hace aproximadamente 9.000 años, ofreciendo potencialmente ventajas de supervivencia a nuestros antepasados y conteniendo información clave sobre la evolución humana y la resistencia a las enfermedades.
Los investigadores han señalado el origen y la cronología de la variante genética CCR5Δ32. Esta mutación desactiva el receptor CCR5, una proteína utilizada por el VIH para entrar en las células inmunitarias, impidiendo así la infección en individuos con dos copias de la mutación. Se encuentra en el 10-16% de la población europea.
Un estudio publicado en Cell analizó 2.504 genomas europeos modernos y 934 genomas euroasiáticos antiguos. La tecnología avanzada de secuenciación de ADN permitió a los investigadores superar las limitaciones anteriores debidas a los genomas antiguos fragmentados. "Al combinar estos datos con nuestro conocimiento de las migraciones humanas en este momento, también podemos localizar la región de origen de la mutación", explica Kristine Ravn, autora principal.
El profesor Simon Rasmussen afirma que la variante surgió cerca del Mar Negro entre hace 6.700 y 9.000 años. Esto coincide con la llegada de los primeros agricultores a Europa desde Asia occidental. La propagación de la mutación se aceleró entre hace 8.000 y 2.000 años, lo que sugiere que ayudó a las poblaciones que migraban desde la estepa euroasiática.
El receptor CCR5 ayuda a regular las respuestas de las células inmunitarias y las dirige a los sitios de inflamación o infección. Leonardo Cobuccio sugiere que los individuos con la mutación pueden haber sobrevivido mejor durante la exposición a nuevos patógenos. A medida que las sociedades pasaron de un estilo de vida de cazadores-recolectores a un estilo de vida agrícola, un sistema inmunitario más equilibrado puede haber sido ventajoso.
El hecho de que esta antigua variación genética proteja contra un virus moderno pone de relieve conexiones inesperadas entre nuestro pasado evolutivo y los desafíos de salud actuales. La comprensión de estas conexiones puede informar las estrategias futuras para combatir las enfermedades infecciosas y mejorar la salud humana.