Oriónidas 2025: El Apogeo del Lluvia de Estrellas Coincide con la Luna Nueva y Cometas Inusuales

Editado por: Uliana S.

La lluvia de meteoros anual de las Oriónidas, cuyas partículas son residuos dejados por el legendario cometa Halley (1P/Halley), alcanzará su máxima actividad o apogeo en la noche del 20 al 21 de octubre de 2025. Este fenómeno celeste, que tiene profundas raíces históricas, ocurre cuando la órbita terrestre cruza el rastro de polvo de este viajero cósmico. Los meteoros, conocidos por su alta velocidad, serán más visibles durante las horas previas al amanecer del 21 de octubre, específicamente desde la medianoche hasta que el sol aparezca, momento en el que la constelación de Orión se encontrará en una posición elevada sobre el horizonte.

Un factor determinante para los observadores en 2025 es la perfecta sincronización del pico de las Oriónidas con la fase de luna nueva, la cual tendrá lugar precisamente el 21 de octubre. La ausencia de luz lunar es fundamental, ya que minimiza la contaminación lumínica natural del cielo nocturno, una condición crítica para optimizar la visibilidad. Los astrónomos anticipan una tasa de actividad de hasta 20 meteoros por hora, aunque durante posibles picos de actividad intensa, podría ser factible observar entre 50 y 75 meteoros cada 60 minutos. El radiante del flujo, que es el punto desde donde parecen emanar visualmente los meteoros, se localiza en la constelación de Orión, cerca de la estrella Betelgeuse, en la región sureste del firmamento, entre Orión y Géminis.

Sin embargo, el cielo nocturno de esa fecha no solo estará adornado por la lluvia de estrellas. Los aficionados a la astronomía tendrán la oportunidad de avistar dos cometas poco comunes: C/2025 A6 (Lemmon) y C/2025 R2 (SWAN). Ambos cuerpos celestes alcanzarán su punto de máxima aproximación a la Tierra el mismo 21 de octubre. Esta triple coincidencia —la lluvia de meteoros, la luna nueva y la visibilidad de dos cometas— configura una ocasión verdaderamente única para la contemplación astronómica. Se estima que el cometa Lemmon, cuyo regreso se espera en más de mil años, podría ser visible a simple vista si las condiciones de oscuridad son óptimas y no hay contaminación lumínica.

Para garantizar una observación exitosa, los astrónomos aficionados deben buscar un emplazamiento lo más oscuro posible, lejos del resplandor de las grandes ciudades. Se aconseja permanecer en la oscuridad durante al menos treinta minutos para que la visión nocturna se adapte completamente. Los expertos sugieren no mirar directamente al radiante, sino enfocar la vista en un área del cielo situada entre 45 y 90 grados de distancia, lo que permite que los meteoros se perciban con trayectorias más largas. Para la documentación fotográfica, se recomienda utilizar una cámara digital manual con un objetivo gran angular y aplicar tiempos de exposición prolongados. Además, para asegurar la comodidad, es esencial llevar ropa de abrigo, una silla reclinable y una linterna con luz roja para no comprometer la adaptación visual.

Desde una perspectiva científica, las Oriónidas representan una fuente de datos crucial. El estudio de estos meteoroides permite a los especialistas refinar los modelos sobre la evolución del polvo cometario y evaluar la estructura del rastro dejado por el cometa Halley. Halley se acercó por última vez a la Tierra en 1986, y su próximo retorno está previsto para el año 2061. El análisis sistemático de este flujo meteórico comenzó en el siglo XIX, y fue Giovanni Schiaparelli quien estableció su conexión definitiva con el cometa Halley en 1864.

Fuentes

  • TEMPO.CO

  • Chiff.com

  • Sky at Night Magazine

  • NASA Space News

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