La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha anunciado el 19 de agosto de 2025 el descubrimiento de una nueva luna orbitando el planeta Urano. Esta nueva adición al sistema uraniano ha recibido la designación provisional S/2025 U1.
El hallazgo fue posible gracias a las observaciones realizadas por el Telescopio Espacial James Webb (JWST) el 2 de febrero de 2025, como parte de actividades de investigación dirigidas por un equipo científico. La Dra. Maryame El Moutamid, científica principal en la División de Ciencia y Exploración del Sistema Solar del Southwest Research Institute (SwRI) en Colorado, lideró el equipo que identificó este cuerpo celeste. La luna recién descubierta tiene un diámetro estimado de aproximadamente 10 kilómetros (unas 6 millas). Su diminuto tamaño es la razón principal por la que ha permanecido indetectable para telescopios anteriores, e incluso para la histórica sonda Voyager 2 durante su sobrevuelo de Urano hace casi cuatro décadas.
La órbita de S/2025 U1 se encuentra a unos 56,000 kilómetros del centro de Urano, situándose entre las órbitas de las lunas Ophelia y Bianca. Con este descubrimiento, el número de lunas conocidas de Urano asciende a 29. El hallazgo de S/2025 U1 es significativo no solo por expandir nuestro conocimiento del sistema de Urano, sino también por las implicaciones que tiene para la comprensión de la formación y evolución de los sistemas planetarios.
Los científicos señalan que la presencia de tantas lunas pequeñas en el sistema uraniano, junto con sus anillos, sugiere una historia dinámica y compleja, donde los límites entre los sistemas de anillos y de lunas se difuminan. Matthew Tiscareno, miembro del equipo de investigación del SETI Institute, comentó que este descubrimiento sugiere que aún queda mucha más complejidad por desentrañar en el sistema de Urano.
La Unión Astronómica Internacional (IAU) será la encargada de otorgar un nombre oficial a S/2025 U1 en el futuro cercano, siguiendo la tradición de nombrar las lunas de Urano con personajes de las obras de William Shakespeare y Alexander Pope. Este descubrimiento subraya las avanzadas capacidades del JWST en la exploración del sistema solar exterior, continuando y expandiendo el legado de misiones previas como la Voyager 2. Los expertos sugieren que la capacidad del JWST para capturar imágenes de alta resolución y detectar objetos tenues abre nuevas vías para la investigación de los planetas exteriores y sus satélites, indicando que podrían existir aún más cuerpos celestes por descubrir en el sistema uraniano.