La Tormenta Tropical Kalmaegi avanza con rapidez hacia el Área de Responsabilidad de Filipinas (PAR), marcando una evolución significativa en el clima regional. A primera hora de este domingo, 2 de noviembre de 2025, el centro del sistema se localizaba a unos 1,320 kilómetros al este de Visayas Oriental. Su trayectoria, caracterizada por un desplazamiento constante hacia el oeste-noroeste a 20 kilómetros por hora, proyecta su ingreso al PAR durante la mañana, momento en el cual recibirá la designación local de Tino.
El fortalecimiento de Kalmaegi es notable, con vientos máximos sostenidos que han escalado a 65 km/h y ráfagas que alcanzan los 80 km/h. Este incremento en su intensidad ha llevado a los pronósticos a anticipar una consolidación mayor, esperándose que se convierta en una severa tormenta tropical durante el día de hoy y con potencial de evolucionar a tifón para el lunes 3 de noviembre. La Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas (PAGASA) advirtió sobre una rápida intensificación en las próximas 48 horas, señalando que podría tocar tierra como un tifón fuerte en Samar Oriental o las Islas Dinagat.
La proyección más crítica indica que el impacto en tierra firme se materializará entre la tarde del lunes o la madrugada del martes 4 de noviembre, afectando las regiones de Visayas Oriental o Caraga. Se prevén consecuencias significativas derivadas de este fenómeno, incluyendo lluvias torrenciales, vientos de alta velocidad, inundaciones y el riesgo latente de deslizamientos de tierra. Expertos meteorológicos han asociado la trayectoria actual de Kalmaegi a un patrón de alta presión anómalo en el Pacífico occidental, desviando las tormentas hacia latitudes más bajas de lo habitual para esta época del año.
Un informe técnico del Centro Conjunto de Advertencia de Tifones sugiere que, en escenarios pasados con dinámicas similares, la velocidad de traslación de la tormenta tiende a disminuir justo antes de tocar tierra. Este detalle es crucial, ya que prolonga la exposición de las áreas costeras a los efectos combinados del viento y la lluvia, afectando directamente la planificación logística y los plazos de evacuación para las autoridades y los residentes de las zonas en riesgo.
