Panamá se encuentra bajo la influencia de la Onda Tropical #24, un fenómeno meteorológico que está generando condiciones de tiempo inestable en gran parte del territorio nacional. El Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá (IMHPA) ha emitido alertas, anticipando lluvias intensas, tormentas eléctricas y ráfagas de viento, con especial incidencia en las franjas costeras del Caribe y del Pacífico.
Se prevé que esta onda tropical pueda desencadenar microbursts localizados, capaces de producir vientos dañinos de forma repentina. Las acumulaciones de lluvia estimadas oscilan entre 20 y 100 milímetros, con pronósticos de mayores precipitaciones en las zonas montañosas y en las regiones adyacentes al litoral caribeño. Investigaciones previas indican que las ondas tropicales son un componente recurrente del clima panameño durante la temporada de lluvias, y su paso puede intensificar las precipitaciones y la actividad eléctrica en la región.
Las autoridades han hecho un llamado a la población para que extremen las precauciones en áreas propensas a inundaciones y eviten actividades al aire libre mientras persistan las condiciones meteorológicas adversas. La navegación marítima también requiere de medidas de seguridad reforzadas debido a la posibilidad de un oleaje peligroso.
El IMHPA ha advertido sobre el potencial de crecidas de ríos, deslizamientos de tierra y caídas de árboles, instando a la ciudadanía a seguir las recomendaciones del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) para mitigar riesgos. La Onda Tropical #24 se suma a un patrón de actividad meteorológica que ha visto el paso de otras ondas en semanas recientes, como la #22 y la #18, que también generaron alertas por lluvias significativas.
Históricamente, Panamá no ha sido afectada directamente por huracanes, pero sí experimenta los efectos de ondas tropicales y tormentas que pueden causar precipitaciones considerables y vientos fuertes, especialmente en áreas con infraestructura de desarrollo rápido que puede verse afectada por inundaciones. La geografía del país, con sus cadenas montañosas, actúa como un escudo natural que puede mitigar la fuerza de los sistemas de tormentas.