El 14 de agosto de 2025, la Onda Tropical #23 impactó Costa Rica, generando lluvias intensas y fuertes vientos en varias regiones, incluyendo Sarapiquí. El Instituto Nacional de Meteorología (IMN) informó que la interacción de esta onda con la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) creó condiciones atmosféricas inestables, resultando en aguaceros torrenciales y tormentas eléctricas en múltiples puntos del país.
Los efectos de la Onda Tropical #23 se manifestaron con particular intensidad en zonas como Sarapiquí, donde se reportaron árboles caídos y daños en viviendas. El IMN pronosticó que la onda tropical abandonaría el país al finalizar la noche del 14 de agosto. Las autoridades emitieron una advertencia por la alta saturación de los suelos, especialmente en áreas urbanas, ante el riesgo de inundaciones por saturación del alcantarillado.
Históricamente, las ondas tropicales son un componente recurrente de la temporada de lluvias en Costa Rica, con un promedio de 40 de las 60 ondas que se forman anualmente en el Atlántico impactando el país entre mayo y noviembre. Si bien la mayoría no evoluciona a ciclones tropicales, pueden generar lluvias significativas. La agricultura costarricense, vital para la economía, es sensible a estos eventos, y aunque no se han reportado daños agrícolas a gran escala por la Onda Tropical #23 hasta el momento, la intensidad de las precipitaciones y los vientos fuertes representan un riesgo latente para las cosechas y la infraestructura rural.