La geografía de Etiopía continúa experimentando una notable agitación, caracterizada por una recurrencia de movimientos telúricos y la actividad del volcán Dofon, fenómenos que mantienen en alerta a la comunidad científica y a los residentes locales. Entre el domingo y el lunes, se confirmaron siete temblores consecutivos, con magnitudes que oscilaron entre 4.0 y 4.9 en la escala de Richter, todos ellos registrados a poca profundidad. Estos pulsos sísmicos están directamente vinculados a la actividad observada en el complejo volcánico de Dofon, el cual intensificó su manifestación a principios de 2025 con un aumento en la emisión de ceniza y humo.
El Monte Dofon, que se eleva a 1151 metros sobre el nivel del mar en la región de Afar, es uno de los centros volcánicos más activos del país. La preocupación científica se centra en la posibilidad de que este enjambre sísmico pueda catalizar erupciones de mayor magnitud. Esta inquietud se ve reforzada por la proximidad del volcán Fentale, situado al norte, con sus 2007 metros de altura y un cráter de cuatro kilómetros. Históricamente, Fentale experimentó una erupción significativa en 1820, lo que lleva a los expertos a anticipar la posible repetición de patrones sísmicos similares en esa área. Geólogos, como el Dr. Abass Sharaki, sitúan la agitación magmática y sísmica actual como una extensión de la actividad que se intensificó a comienzos de 2025.
La región de Afar es geológicamente única, ya que constituye un punto de unión de las placas tectónicas Somalí, Nubia y Arábiga, lo que resulta en una intensa interacción geológica y la recurrencia de temblores superficiales. Etiopía ha registrado más de 120 terremotos con magnitud superior a 4.0 en las últimas dos semanas, un dato que subraya la intensidad de la agitación del subsuelo. Esta secuencia de eventos es una continuación de un enjambre que se remonta a enero del año anterior, cuando se documentaron más de 30 sismos, algunos superando la magnitud 5, coincidiendo con la liberación de ceniza y escombros del Monte Dofon.
Las autoridades etíopes han implementado medidas de respuesta institucional centradas en la protección de la población. Tras un sismo de magnitud 5.8 ocurrido el 4 de enero de 2025, se procedió a la evacuación preventiva de aproximadamente 80.000 residentes vulnerables en la región de Afar. Se establecieron Puestos de Comando de Incidentes (PCI) en Awash (Afar) y Metehara (Oromia), coordinando asistencia técnica y humanitaria con socios de la ONU y ONG. La intensidad de los temblores ha provocado el colapso de más de 30 viviendas en la zona de Awash Fentale, forzando a miles de personas a buscar refugio. Los procesos geológicos, impulsados por movimientos en las formaciones basálticas, sugieren que la frecuencia de estos fenómenos sísmicos se mantendrá activa, haciendo necesaria una vigilancia constante y una adaptación proactiva de las comunidades.