El tifón Nando se intensifica y amenaza el norte de Filipinas

Editado por: Tetiana Martynovska 17

El tifón Nando, conocido internacionalmente como Ragasa, se ha intensificado considerablemente sobre el Mar de Filipinas, presentando una amenaza creciente para el norte del archipiélago filipino. Con vientos sostenidos de 65 km/h y ráfagas de hasta 80 km/h, la tormenta se dirige hacia el noroeste, con su centro ubicado a aproximadamente 1,260 kilómetros al este de Luzón Central.

Se prevé que Nando continúe su trayectoria, con una posible recalada en las Islas Babuyan entre el lunes por la tarde y el martes por la mañana, 23 de septiembre. La Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas (PAGASA) ha advertido sobre una rápida intensificación, proyectando que Nando alcance la categoría de tifón para el sábado y potencialmente se convierta en un supertifón. La interacción de Nando con el monzón del suroeste intensificará las lluvias y provocará vientos fuertes a huracanados en varias regiones de Luzón.

Se esperan precipitaciones intensas, con pronósticos de hasta 500 litros de lluvia en tres días en algunas áreas del norte de Taiwán, lo que subraya la magnitud de las lluvias asociadas a estos fenómenos. Las condiciones marítimas también se verán afectadas, con aguas que se tornarán de moderadas a agitadas a partir del domingo, pudiendo alcanzar alturas de ola de hasta 14 metros cerca del extremo norte de Luzón, lo que representa un peligro considerable para la navegación.

La llegada de Nando coincide con un período de transición entre la temporada de monzones y la estación seca, lo que plantea desafíos para la industria turística del norte de Luzón, particularmente en destinos populares como Batanes y Babuyan. Históricamente, Filipinas ha enfrentado la devastación de tifones potentes, como el tifón Haiyan (Yolanda) en 2013, que se convirtió en uno de los ciclones tropicales más intensos registrados, causando miles de muertes y daños económicos significativos. La preparación y la respuesta ante estos eventos son cruciales, como se evidenció en 2014 cuando un supertifón provocó la evacuación de más de un millón de personas en el norte de Filipinas.

Las autoridades están implementando medidas de seguridad, incluyendo la posible suspensión de clases y la emisión de alertas de viento, con la previsión de que se extiendan a medida que la tormenta se acerca. La restauración de infraestructuras y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas serán vitales para la recuperación de las comunidades afectadas, fomentando la resiliencia y la confianza en el sector turístico.

Fuentes

  • Rappler

  • Philstar.com

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