La congresista Anna Paulina Luna y el astrofísico Avi Loeb han instado a la NASA a vigilar de cerca el cometa interestelar 3I/ATLAS. Su principal preocupación radica en la posibilidad de que el cometa pueda liberar "mini-sondas" que, al alcanzar la Tierra, podrían manifestarse como Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP).
Para esta tarea de observación, se ha propuesto redirigir la nave espacial Juno, actualmente en órbita de Júpiter. El cometa 3I/ATLAS se acercará al Sol el 30 de octubre de 2025 y alcanzará su punto más cercano a la Tierra el 19 de diciembre de 2025. Una propuesta de sobrevuelo con Juno se ha planteado para el 16 de marzo de 2026.
Las observaciones del Telescopio Espacial James Webb (JWST) han revelado una concentración inusualmente alta de dióxido de carbono en la coma del cometa, una composición que ha intrigado a la comunidad científica. Loeb, conocido por sus teorías sobre objetos interestelares, expresó en el podcast "The Sol Foundation" su inquietud de que el cometa podría liberar "mini-sondas".
Luna, quien preside el Grupo de Trabajo de Desclasificación de la Cámara, ha sido una defensora activa de investigar estos fenómenos. El cometa 3I/ATLAS es el tercer objeto interestelar detectado en nuestro sistema solar, después de 1I/ʻOumuamua y 2I/Borisov, y se caracteriza por su alta velocidad y una trayectoria hiperbólica. Las estimaciones sugieren que el núcleo de 3I/ATLAS podría tener un diámetro de entre 10 y 15 millas.
La composición del cometa, particularmente su riqueza en dióxido de carbono en comparación con el agua, lo distingue de los cometas del sistema solar, lo que podría indicar un origen o un proceso de formación inusual. La nave Juno, lanzada en agosto de 2011, está equipada con nueve instrumentos capaces de realizar observaciones en diversas frecuencias. Su misión principal ha sido estudiar Júpiter, pero su misión extendida hasta septiembre de 2025 abre la posibilidad de maniobras alternativas.
La iniciativa de Luna y Loeb subraya un enfoque proactivo para investigar fenómenos celestes anómalos, reflejando un creciente interés en la posibilidad de tecnología extraterrestre. Si bien el concepto de "mini-sondas" es especulativo, la participación de funcionarios electos y científicos prominentes destaca la seriedad con la que estas posibilidades están siendo consideradas a un alto nivel.