Las praderas marinas del Mediterráneo, específicamente la Posidonia oceanica, se están revelando como aliadas fundamentales en la lucha contra la contaminación por microplásticos. Estas valiosas praderas submarinas actúan como filtros naturales, atrapando diminutas partículas de plástico en su estructura y formando unas singulares "bolas de Neptuno" que posteriormente son expulsadas hacia las costas. Investigaciones recientes, publicadas en 2024–2025, han confirmado la notable eficacia de la Posidonia oceanica en la captura de microplásticos a lo largo de sus hojas y rizomas, observándose una acumulación significativamente mayor en los rizomas.
Este proceso es crucial para la eliminación de microplásticos del entorno marino, aunque su acumulación puede tener repercusiones en las redes tróficas bentónicas. Un estudio de la Universidad de Barcelona, publicado en Scientific Reports, destacó que estas bolas de fibra vegetal, conocidas como egagrópilas o bolas de Neptuno, pueden atrapar hasta 1.500 partículas de plástico por kilogramo. Se estima que estas praderas marinas podrían capturar cerca de 900 millones de fragmentos de plástico en el Mediterráneo cada año, actuando como un mecanismo natural de purga de desechos plásticos del mar.
Se están implementando esfuerzos de conservación, con miles de plantas de Posidonia oceanica restauradas recientemente en España, como parte de proyectos que buscan mitigar el impacto humano en estos ecosistemas vitales. Por ejemplo, el proyecto LIFE+ Posidonia Andalucía ha trabajado en la mejora del estado de conservación de estas praderas en la costa andaluza, abordando amenazas como la contaminación y las prácticas de anclaje inadecuadas mediante la instalación de boyas ecológicas y campañas de concienciación. Sin embargo, persisten desafíos significativos en cuanto a las medidas regulatorias destinadas a proteger estas praderas marinas, lo que subraya la necesidad continua de estrategias de conservación efectivas y un enfoque integral que combine la ciencia, la gestión y la participación comunitaria.
La Posidonia oceanica no solo es un agente limpiador de plásticos, sino que también desempeña un papel vital en la salud general del ecosistema marino. Actúa como un sumidero de carbono, absorbiendo hasta 15 veces más dióxido de carbono que una extensión similar de la selva amazónica, y libera oxígeno, siendo considerada los "pulmones del Mediterráneo". Además, estabiliza el lecho marino, protege las costas de la erosión y sirve de hábitat y refugio para una rica biodiversidad marina. La presencia de estas praderas es un indicador de la calidad del agua, ya que solo prosperan en aguas limpias y no contaminadas. A pesar de su importancia, se estima que entre el 13% y el 50% de las praderas de Posidonia han desaparecido desde 1960, amenazadas por el cambio climático, las especies invasoras, la contaminación y las actividades humanas como el arrastre y el anclaje de embarcaciones.