El Gobierno de Canarias ha presentado una guía completa, disponible en formatos físico y digital, diseñada para asistir a los municipios en la creación de espacios verdes urbanos que integren especies vegetales nativas. Esta iniciativa pionera busca impulsar una transformación ecológica en las ciudades canarias, fomentando el desarrollo de áreas sombreadas y ajardinadas a través del uso de flora local. La guía detalla aspectos técnicos de especies emblemáticas como el drago, el cedro canario, el pino canario y el acebiño, seleccionadas por su idoneidad para el paisajismo urbano. También aborda desafíos comunes en entornos urbanos, como los daños que las raíces de los árboles pueden ocasionar en aceras y calzadas, ofreciendo soluciones preventivas. La publicación profundiza en la capacidad de sombra de cada especie, sus ciclos de floración y sus necesidades hídricas, información esencial para un diseño paisajístico sostenible y funcional. Este proyecto, desarrollado durante dos años, incluye dos catálogos de vegetación nativa adaptada a entornos urbanos. El primer catálogo, que se publicará el próximo mes, se centrará en las zonas situadas entre el nivel del mar y los 300 metros de altitud, mientras que el segundo, previsto para el próximo año, abarcará las áreas por encima de los 300 metros. Próximamente, se habilitará una plataforma digital para facilitar el acceso a esta información.
La integración de la flora autóctona en las ciudades canarias no solo embellece el paisaje, sino que también aporta beneficios ambientales significativos. Los árboles y plantas nativas actúan como reguladores térmicos naturales, mitigando el efecto "isla de calor" urbano al proporcionar sombra y liberar humedad, lo que puede reducir la temperatura ambiente entre 2 y 8 grados Celsius. Además, absorben dióxido de carbono, mejorando la calidad del aire y funcionando como pulmones verdes. Estudios recientes, como uno publicado en 2023, sugieren que vivir cerca de zonas verdes puede disminuir el riesgo de ictus hasta en un 16%, lo que subraya la importancia de estos espacios para la salud pública. La iniciativa responde a la necesidad de incrementar las zonas verdes en Canarias, un archipiélago que, según datos, presenta una de las menores ratios de espacio verde por habitante del país. La guía se alinea con el objetivo de crear ciudades más saludables y resilientes, donde la naturaleza juega un papel fundamental en el bienestar de sus ciudadanos. La selección de especies se basa en criterios de adaptabilidad, inexistencia de riesgos ambientales y potencial ornamental, asegurando que la flora elegida contribuya positivamente al ecosistema urbano y a la calidad de vida de los residentes.