El 11 de diciembre, el mundo celebrará el Día Internacional de la Montaña, una iniciativa establecida por las Naciones Unidas en 2003 para concienciar sobre el desarrollo sostenible en las regiones montañosas y la biodiversidad crítica que albergan estos ecosistemas.
Las montañas son el hogar de una rica variedad de flora y fauna, desempeñando un papel vital en el mantenimiento del equilibrio ecológico. Los árboles en los bosques montañosos absorben dióxido de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático, mientras que los glaciares proporcionan agua potable esencial e irrigación para las poblaciones montañesas y para las áreas más bajas.
Sin embargo, la biodiversidad de las montañas enfrenta amenazas significativas debido al cambio climático, la deforestación y la urbanización. El aumento de las temperaturas y el nivel del mar impacta negativamente en los ecosistemas montañosos, mientras que la deforestación reduce el hábitat disponible para innumerables especies.
El tema de 2023 se centra en la restauración de los ecosistemas montañosos como parte de la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas (2021-2030). Esta iniciativa global tiene como objetivo movilizar acciones para prevenir, detener e invertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo.
Las montañas cubren el 27% de la superficie terrestre y albergan el 15% de la población mundial, proporcionando servicios ecosistémicos esenciales como agua dulce, energía, alimentos y recursos culturales. Sin embargo, son uno de los ecosistemas más vulnerables, amenazados por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y las actividades humanas.
Informes recientes revelan tendencias alarmantes: los glaciares montañosos han perdido el 23% de su masa entre 1961 y 2016, con tasas de derretimiento que se han duplicado en las últimas dos décadas. Esto tiene graves consecuencias, incluyendo la reducción de la disponibilidad de agua y un aumento en los riesgos de inundaciones y deslizamientos de tierra.
En Europa, los Alpes son particularmente afectados, con una pérdida promedio de 34 metros de grosor de hielo entre 1997 y 2020. En Italia, más de 200 glaciares han desaparecido desde finales del siglo XIX, con pérdidas significativas en regiones como los Dolomitas.
Para hacer frente a estos desafíos, los esfuerzos deben centrarse tanto en la mitigación—reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de recursos—como en la adaptación, haciendo que las comunidades y los ecosistemas montañosos sean más resilientes ante los impactos climáticos.
El Día Internacional de la Montaña sirve como un recordatorio de la importancia de proteger estos ecosistemas vitales para el bienestar de las poblaciones locales y del planeta en su conjunto.