Las Cascadas de Sangre de la Antártida: Un Espectáculo Carmesí de Salmuera Antigua y Oxidación de Hierro

Editado por: Alissa Liepinya

A principios del siglo XX, en las gélidas extensiones de la Antártida, se descubrió un fenómeno natural de asombrosa belleza y misterio: las Cascadas de Sangre. Emanando del Glaciar Taylor, esta cascada de un rojo carmesí intenso ha desconcertado y fascinado a los científicos desde su hallazgo en 1911. Si bien las primeras hipótesis apuntaban a la presencia de algas como la causa de su distintivo color, investigaciones más recientes han desvelado la intrincada danza química que da vida a este espectáculo natural.

El vibrante tono escarlata es el resultado de una reacción química provocada por la interacción de agua hipersalina, rica en hierro, con el oxígeno atmosférico. Esta antigua salmuera, que ha permanecido confinada bajo el Glaciar Taylor durante más de dos millones de años, se origina en un lago subglacial aislado. La extrema salinidad de estas aguas atrapadas les confiere una resistencia inusual a la congelación, permitiendo que fluyan a través de fisuras hasta la superficie.

Al entrar en contacto con el aire, el hierro presente en la salmuera sufre un proceso de oxidación, transformando gradualmente el agua en el icónico flujo de color "sangre". Este proceso, que se desarrolla a lo largo de milenios, es un testimonio de las fuerzas geológicas y químicas que operan en uno de los entornos más extremos de nuestro planeta.

Investigaciones adicionales han arrojado luz sobre la composición única de esta salmuera. Estudios de la Universidad de Colorado Boulder, liderados por la glacióloga Jill Pettit, confirmaron en 2015 que la salmuera contiene una alta concentración de hierro y sulfatos, y que su aislamiento ha permitido el desarrollo de un ecosistema microbiano único, adaptado a estas condiciones extremas. Estos microorganismos, que han evolucionado en completa oscuridad y sin contacto con el exterior, son capaces de metabolizar el hierro y el azufre, contribuyendo al ciclo químico que produce el color rojo. La temperatura de esta salmuera se ha medido en aproximadamente -5 grados Celsius, lo que subraya su naturaleza hipersalina. La existencia de este ecosistema subglacial ofrece una ventana fascinante a las posibilidades de la vida en condiciones extremas, replicando escenarios que podrían encontrarse en otros cuerpos celestes.

Fuentes

  • L'essentiel

  • National Geographic

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