Los coatíes, mamíferos nativos de las regiones de América Central y del Sur, están modificando su comportamiento en las zonas turísticas de México debido a la constante presencia humana. Estos parientes de los mapaches, conocidos por formar grupos sociales denominados "bandas" y tener una dieta principalmente frugívora, han mostrado una notable capacidad para ajustarse a la afluencia de visitantes.
A lo largo del año 2025, se ha documentado una intensificación de este fenómeno, con coatíes que se aventuran con mayor frecuencia en las instalaciones hoteleras en busca de alimento. Esta situación provoca reacciones mixtas entre los turistas: desde el disfrute del contacto cercano con la fauna silvestre hasta una creciente preocupación por la imprevisibilidad de su comportamiento. Expertos en vida silvestre reiteran la importancia de mantener una distancia prudente, recordando que, a pesar de su apariencia dócil, son animales salvajes cuyas reacciones pueden ser inesperadas.
Este llamado a la cautela se enmarca en un contexto de auge turístico para México. La Secretaría de Turismo, encabezada por Josefina Rodríguez Zamora, informó que durante el verano de 2025, específicamente entre el 14 de julio y el 31 de agosto, el consumo turístico alcanzó la cifra de 829 mil millones de pesos, lo que significó un crecimiento del 6.3% en comparación con el año anterior. Este periodo récord subraya la necesidad de gestionar la interacción entre la biodiversidad y la actividad humana.
La clave para manejar esta nueva dinámica recae en la responsabilidad individual de los visitantes. Se recomienda enfáticamente no alimentar a estos animales, ya que la gratificación inmediata fomenta su habituación al ser humano, lo cual puede derivar en conductas más asertivas o incluso agresivas. Las medidas preventivas son sencillas: asegurar que los alimentos estén guardados y mantener cerradas puertas y accesos para impedir el ingreso de la fauna silvestre a las habitaciones.
El aumento en la visibilidad de la fauna local en entornos de alta afluencia, como los observados en Riviera Maya desde marzo de 2022, refleja una frontera cada vez más delgada entre el hábitat natural y las áreas de esparcimiento. Mientras México celebra cifras récord de visitantes y la apertura de nuevos complejos hoteleros en 2025, la gestión efectiva de la biodiversidad local se establece como un componente esencial para asegurar la sostenibilidad y la calidad de la experiencia turística compartida en estos destinos.