El Zoológico de Oregón celebró su tradicional evento anual de enriquecimiento animal, conocido como el "Aplastamiento de la Calabaza", un pilar para estimular física y mentalmente a sus elefantes asiáticos.
Esta costumbre festiva va más allá del mero espectáculo, ya que proporciona a los paquidermos la oportunidad de ejercitar sus instintos naturales y explorar texturas y sabores novedosos, elementos fundamentales para su bienestar integral. En la edición más reciente, la atención se centró en las dimensiones de los obsequios, destacando una calabaza monumental que alcanzó la asombrosa cifra de 1,000 libras. Este fruto gigante fue donado por el Pacific Giant Vegetable Growers Club, un grupo dedicado al cultivo de vegetales de gran tamaño.
La interacción lúdica posterior a la presentación fue un deleite para los asistentes. Se observó a Tula-Tu, la elefanta más joven del grupo, participar activamente al patear una de las calabazas, mostrando una energía juvenil que cautivó al público. Este tipo de actividades de enriquecimiento cumplen una función crucial en la misión del zoológico, ya que la asistencia a estos eventos apoya directamente el fondo de dotación para la conservación, asegurando recursos para la protección de especies en peligro fuera de sus instalaciones.
Expertos en comportamiento animal subrayan la importancia de introducir objetos nuevos y comestibles, como estas calabazas, para prevenir el aburrimiento y fomentar comportamientos exploratorios en especies cautivas. Un estudio reciente sobre enriquecimiento animal en zoológicos indicó que la variación estacional en la dieta y el entorno puede reducir significativamente los indicadores de estrés en grandes mamíferos. El compromiso del zoológico con el bienestar animal se alinea con prácticas internacionales que promueven entornos dinámicos, y la participación comunitaria en estos eventos transforma la admiración en apoyo activo a la preservación de la vida silvestre.