Laguna Verde, un tesoro natural enclavado en el cráter de un volcán extinto, se erige como el humedal de altura más significativo de El Salvador. Ubicada estratégicamente dentro del majestuoso macizo montañoso de Apaneca-Ilamatepec, esta laguna forma parte integral del afamado circuito turístico conocido como la «Ruta de las Flores». Su importancia ecológica es inmensa, ya que funciona como un refugio crucial para la rica biodiversidad regional, fungiendo especialmente como hábitat vital para numerosas especies aviares.
Conocida históricamente también como Laguna de Apaneca, su origen geológico se remonta al final del Pleistoceno. Se formó tras una violenta erupción que dio lugar a la formación de la caldera Concepción de Ataco. Este cuerpo de agua se sitúa a una altitud considerable, oscilando entre los 1605 y los 1829 metros sobre el nivel del mar. Las condiciones climáticas son notablemente agradables y estables, con una temperatura media anual que se mantiene confortablemente entre los 12 y los 18 °C. El valor ambiental de Laguna Verde es indiscutible, lo que le ha otorgado el estatus de humedal prioritario a nivel nacional. Entre su flora singular, destaca la presencia de la orquídea Habenaria repens, una especie que solo se encuentra en las lagunas de gran altitud de esta zona, junto con la planta acuática Eleocharis sellowiana.
Las comunidades locales han asumido un papel protagónico como custodios de esta joya natural, participando activamente tanto en su protección como en el desarrollo de la infraestructura turística sostenible. El ecoturismo florece en la zona, ofreciendo a los visitantes diversas actividades recreativas. Los turistas pueden disfrutar de días de campo, tranquilos paseos en bote y, sobre todo, de la observación de aves. Se han identificado 16 especies de aves, incluyendo la gallareta americana (fulica americana) y el zambullidor pico grueso (podilymbus podiceps), que anidan en sus orillas. Para los amantes de la aventura, las excursiones en vehículos todoterreno (cuatrimotos), que a menudo inician su recorrido en Apaneca, gozan de gran popularidad. Adicionalmente, las aguas de la laguna sustentan poblaciones de peces como la tilapia y el guapote, lo que permite la práctica de la pesca deportiva.
Recientemente, se ha observado un incremento significativo en la afluencia de visitantes, incluyendo turistas provenientes de países vecinos y de Estados Unidos. Este aumento es un claro indicativo de la mejora general en el clima de seguridad que experimenta la región. No obstante, este creciente interés subraya la necesidad imperante de mantener un equilibrio delicado entre el desarrollo turístico y la conservación ambiental. Ante el flujo constante de huéspedes, los líderes comunitarios han solicitado formalmente el establecimiento de un puesto policial permanente. Esta medida busca garantizar la tranquilidad y seguridad de los visitantes. Este esfuerzo por la organización y el orden refleja la comprensión colectiva de que la estabilidad es el pilar fundamental para asegurar la prosperidad continua y la capacidad de compartir las maravillas de este pintoresco rincón salvadoreño con el mundo.