El verano, con sus altas temperaturas, presenta desafíos únicos para la salud de nuestras mascotas, afectando tanto su bienestar general como su sistema digestivo. Es fundamental adoptar medidas preventivas para asegurar que nuestros compañeros peludos disfruten de la temporada de forma segura y saludable.
La hidratación es un pilar fundamental durante los meses de calor. Las mascotas, a diferencia de los humanos, no regulan su temperatura corporal de manera tan eficiente, lo que las hace más susceptibles al sobrecalentamiento. Asegurar un acceso constante a agua fresca y limpia es primordial. Se recomienda cambiar el agua varias veces al día, e incluso añadir cubitos de hielo para mantenerla fresca. Los alimentos húmedos también contribuyen significativamente a la hidratación, especialmente en gatos, que tienden a beber menos agua de forma natural. Incorporar frutas seguras como la sandía o el pepino en su dieta puede ser una excelente manera de aumentar su ingesta de líquidos y nutrientes esenciales.
La actividad física debe ajustarse a las condiciones climáticas. Se aconseja realizar paseos y ejercicios durante las horas más frescas del día, como temprano en la mañana o al anochecer, evitando las horas centrales cuando el asfalto y otras superficies pueden alcanzar temperaturas peligrosas. Si tu mascota muestra signos de estrés por calor, como jadeo excesivo, letargo o encías secas, es crucial buscar un lugar fresco y sombreado y, si los síntomas persisten o son graves, consultar a un veterinario de inmediato. El golpe de calor es una emergencia médica que requiere atención rápida.
Los cambios en la rutina, el estrés del viaje o la exposición a nuevos alimentos o parásitos en lugares vacacionales pueden desencadenar problemas digestivos en las mascotas. Estos trastornos pueden manifestarse como vómitos, diarrea, pérdida de apetito o letargo. Para prevenir estas afecciones, es vital realizar cualquier cambio en la dieta de forma gradual, mezclando progresivamente el nuevo alimento con el anterior. Ofrecer alimentos ligeros y de fácil digestión, como pollo cocido y enfriado, o pescado, es beneficioso. Evitar comidas pesadas y grasosas es importante, ya que pueden causar malestar gastrointestinal en climas cálidos. Si se observan síntomas digestivos persistentes, la consulta veterinaria es indispensable para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
La prevención es la clave para un verano seguro y saludable para nuestras mascotas. Mantener una hidratación adecuada, ajustar las rutinas de ejercicio, ofrecer una dieta equilibrada y estar atentos a los signos de malestar son acciones esenciales. Recordar que la salud de nuestras mascotas es un reflejo de nuestro cuidado y atención constante, permitiéndoles disfrutar plenamente de la temporada estival.