El 1 de septiembre de 2025, el Departamento de Comercio de Estados Unidos introdujo modificaciones sustanciales en sus políticas de exportación, revocando autorizaciones previamente concedidas a Samsung Electronics y SK Hynix. Esta acción requiere que las principales empresas surcoreanas de semiconductores obtengan licencias para el envío de equipos de fabricación de semiconductores a sus instalaciones en China, lo que pone fin a las exenciones que facilitaban estas operaciones bajo el estatus de "Usuario Final Validado".
La decisión ha provocado fluctuaciones en los mercados globales, con las acciones de SK Hynix cayendo un 4.4% y las de Samsung un 2.3%, reflejando la incertidumbre generada por la nueva regulación. Anteriormente, estas compañías se beneficiaban de un estatus que les permitía importar tecnología estadounidense sin necesidad de licencias individuales, un privilegio que ahora se ha suspendido.
SK Hynix opera una planta crucial de DRAM en Wuxi, mientras que Samsung mantiene un importante centro de producción de NAND en Xi'an. La nueva normativa, que entrará en vigor en 120 días, limitará la capacidad de ambas empresas para expandir o actualizar tecnológicamente sus operaciones en China, permitiendo únicamente el mantenimiento de las actividades existentes.
El Buró de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio de EE. UU. ha clausurado lo que describe como una "brecha de la era Biden", que permitía a un grupo selecto de empresas extranjeras exportar equipos y tecnología de fabricación de semiconductores a China sin requerir licencia. Se anticipa que esta medida obligará a Samsung y SK Hynix a concentrarse en la producción de chips heredados (legacy chips) en sus plantas chinas, lo que podría alterar sus estrategias de producción a largo plazo.
Este ajuste en la política estadounidense, que busca restringir el acceso de China a tecnología avanzada por motivos de seguridad nacional y salvaguardar la ventaja competitiva de las empresas de EE. UU., también impacta a proveedores japoneses de equipos semiconductores, como Tokyo Electron, cuyas acciones también han experimentado descensos.
China ha reaccionado criticando la medida como un "abuso de controles de exportación" y una amenaza a la estabilidad de las cadenas de suministro globales, comprometiéndose a defender los intereses de sus empresas. El Ministerio de Comercio chino ha condenado la decisión, calificándola de "mal uso de los controles de exportación".
Analistas del sector, como Chris Miller, autor de "Chip War", advierten que estas restricciones, aunque diseñadas para limitar el acceso de China a tecnología avanzada, podrían fomentar la autosuficiencia china o beneficiar a competidores como Micron. Bernstein sugiere que las nuevas reglas podrían ser ventajosas para Micron, Samsung y SK Hynix al dificultar la producción de fabricantes chinos como CXMT.
La industria, intrínsecamente globalizada, se enfrenta a una reconfiguración estratégica, donde la innovación y la adaptación son cruciales para navegar estas nuevas dinámicas. SK Hynix ha comunicado que colaborará estrechamente con las autoridades surcoreanas y estadounidenses para mitigar el impacto en su negocio.
En respuesta, China está acelerando sus esfuerzos hacia la autosuficiencia tecnológica en el sector de semiconductores. La necesidad de licencias para cada envío de equipo representa un escrutinio más riguroso, redefiniendo las oportunidades de crecimiento y la resiliencia operativa en este sector vital. Empresas estadounidenses como Nvidia y AMD ya experimentaron pérdidas de ingresos significativas en 2025 debido a restricciones previas, lo que subraya la complejidad y el alcance de estas políticas comerciales.