Japón ha vuelto a establecer un récord de esperanza de vida y, al 1 de septiembre de 2025, el número de japoneses que alcanzaron los cien años de edad ascendía a 99.763 personas.
Esta cifra es la más alta de toda la historia de las estadísticas y marca el 55.º año consecutivo de crecimiento en el número de centenarios. Este impresionante número refleja no solo logros individuales de supervivencia, sino también el resultado de décadas de inversiones en el sistema de salud, la alimentación y las prácticas culturales que favorecen un envejecimiento saludable.
El aumento del número de centenarios es un testimonio de la resiliencia nacional y de los cambios demográficos, aunque también llama la atención sobre los problemas urgentes de una sociedad que envejece.
La gran mayoría de los centenarios son mujeres, que representan alrededor del 88 % de las personas de 100 años o más. Este desequilibrio de género corresponde a las tendencias mundiales, pero en Japón es especialmente marcado.
La esperanza de vida media en el país —ya la más alta del mundo— subraya aún más estas tendencias positivas: en 2023 fue de 87,14 años para las mujeres y de 81,09 años para los hombres.
Los factores clave que contribuyen a esta longevidad excepcional incluyen una dieta equilibrada rica en verduras y pescado, bajos índices de obesidad y sistemas de apoyo social bien desarrollados.
La dieta tradicional japonesa, caracterizada por un bajo contenido de grasas saturadas y carne roja, así como por un alto consumo de pescado, mariscos, productos de soja y verduras, desempeña un papel importante en la reducción del riesgo de enfermedades crónicas como las cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
El hábito de un consumo moderado de alimentos, conocido como hara hachi bu (comer hasta estar un 80 % satisfecho), también contribuye al mantenimiento de un peso saludable.
Además de la dieta, un estilo de vida activo y la participación social desempeñan un papel importante. Muchas personas mayores en Japón siguen caminando diariamente, utilizando el transporte público y participando en ejercicios colectivos como el Radio Taiso, un conjunto de movimientos físicos sencillos transmitido por radio desde 1928.
Los vínculos sociales sólidos y el sentido de propósito, o ikigai, también contribuyen a la longevidad, ya que las personas mayores suelen permanecer involucradas en el trabajo, los pasatiempos, la vida familiar y las actividades comunitarias.
Estos factores, combinados con un sistema de salud bien desarrollado y un énfasis en la medicina preventiva, crean un entorno favorable para una vida larga y saludable. Sin embargo, el creciente número de centenarios también plantea nuevos desafíos al país, relacionados con la financiación del sistema sanitario y la carga sobre la seguridad social, dado el descenso de la natalidad y el envejecimiento general de la población.
No obstante, la experiencia japonesa en la gestión de una sociedad que envejece sirve de ejemplo inspirador para otros países que aspiran a aumentar la esperanza de vida y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.