El olfato canino: Una herramienta diagnóstica temprana para enfermedades humanas

Editado por: Екатерина С.

La reciente aparición de la película brasileña «Caramelo» (2025), centrada en la figura de un perro leal, ha vuelto a poner de relieve la extraordinaria conexión que existe entre los humanos y los caninos. Esta producción cinematográfica, que narra una historia de resistencia y apoyo ante una enfermedad grave, subraya las singulares capacidades sensoriales de los perros. Específicamente, su sentido del olfato es fenomenal, actuando como un potencial predictor temprano de dolencias humanas. El sistema olfativo de los cánidos, dotado de cientos de millones de receptores, les permite captar compuestos orgánicos volátiles minúsculos que el cuerpo emite durante el desarrollo de procesos patológicos.

Diversas investigaciones científicas respaldan la alta eficacia de perros entrenados de manera especializada para identificar biomarcadores asociados a distintas condiciones médicas. Se han documentado casos exitosos en la detección de indicadores de enfermedades oncológicas, abarcando el cáncer de mama y el de próstata. Además, el instinto de estos animales resulta crucial para las personas que padecen diabetes, ya que son capaces de alertar sobre fluctuaciones peligrosas en los niveles de glucosa en sangre. Un área de particular interés es la capacidad canina para reconocer alteraciones neurodegenerativas.

Científicos de las Universidades de Bristol y Manchester, en colaboración con la organización Medical Detection Dogs, llevaron a cabo estudios que demostraron que los perros pueden identificar la Enfermedad de Parkinson (EP) mucho antes de que se manifiesten los síntomas clínicos. El cambio en la composición del sebo cutáneo, vinculado a la EP, funciona como una señal clara para ellos. Durante un experimento que implicó el análisis de hisopos de piel, los perros alcanzaron una sensibilidad de detección de la EP de entre el 70% y el 80%, y una especificidad de hasta el 98%. Estos resultados abren un camino prometedor para el desarrollo de métodos diagnósticos no invasivos, donde los animales funcionan como indicadores biológicos vivos de procesos ocultos.

Más allá del análisis químico, estos compañeros son observadores sutiles de los patrones de comportamiento. Registran las variaciones más leves en la postura, la entonación de la voz y la rutina diaria de sus dueños, lo que complementa su “diagnóstico”; se trata de una lectura integral del estado de salud. Es fundamental recordar que la advertencia proporcionada por un animal no sustituye el diagnóstico médico profesional, pero sí puede constituir un punto de partida valioso para buscar atención especializada a tiempo. Esto nos recuerda la importancia de valorar las señales delicadas, tanto las internas como las que provienen de aquellos que nos aman, como clave para mantener el equilibrio y el bienestar.

Fuentes

  • El Comercio Perú

  • El Tiempo

  • Canal 26

  • El Comercio Perú

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