El reconocido método Montessori, que promueve la libertad y el desarrollo integral, está encontrando una nueva aplicación en la educación canina en España. Este enfoque se alinea con la reciente legislación que reconoce a los animales como seres sintientes, impulsando prácticas de adiestramiento no violentas y respetuosas. Juan Carlos Castilla, adiestrador canino, destaca que esta metodología trasciende la mera obediencia para centrarse en la comprensión de los perros como individuos con emociones y personalidades propias, fomentando su autonomía y bienestar en un entorno de respeto mutuo.
En lugar de limitarse a comandos básicos, el adiestramiento inspirado en Montessori facilita que los perros gestionen sus emociones y desarrollen sus habilidades innatas, logrando la obediencia a través del juego y la motivación, sin recurrir a castigos. Esta filosofía de entrenamiento construye una base sólida de confianza y profundiza el vínculo entre propietarios y mascotas, siendo una herramienta eficaz para mitigar comportamientos problemáticos derivados del aburrimiento o la ansiedad, e incluso para estimular la función cognitiva en perros de edad avanzada. La participación activa del propietario es fundamental, requiriendo una observación atenta y una comprensión profunda de la comunicación canina. El adiestramiento positivo, basado en recompensas, fomenta la confianza y la disposición del perro a aprender, creando un ambiente de aprendizaje positivo y reduciendo el estrés y la ansiedad en comparación con métodos punitivos. La consistencia y la paciencia son claves, ya que los perros aprenden a asociar comportamientos deseados con resultados positivos, fortaleciendo así su autoestima y su capacidad de adaptación.
Paralelamente, la normativa española ha introducido requisitos como la obligatoriedad del microchip para perros, gatos y hurones, así como la esterilización temprana de gatos para controlar la población y prevenir el abandono. Estas medidas legislativas, junto con los avances en las técnicas de educación canina, buscan elevar la calidad de vida de las mascotas y cultivar relaciones más responsables y consideradas entre animales y humanos. La ley española, que entró en vigor en septiembre de 2023, considera a los animales como seres sintientes, marcando un hito en la protección animal al otorgarles un estatus legal distinto al de meros objetos.