El Hogar: Un Santuario Emocional en Evolución

Editado por: Irena I

El concepto de hogar está en plena transformación, pasando de ser un espacio meramente funcional a un santuario holístico que resuena emocionalmente con sus habitantes. Esta evolución redefine la relación entre las personas y sus entornos, priorizando el bienestar y la conexión personal. Los expertos en diseño de interiores observan una clara inclinación hacia la adaptabilidad y la resonancia emocional, distanciándose de las concepciones rígidas del espacio y la posesión. Este cambio responde directamente a las necesidades sociales y emocionales contemporáneas.

En un mundo cada vez más acelerado y digitalizado, el hogar se consolida como un refugio esencial para la calma, la concentración y el descanso, un espacio vital para nutrir la salud mental y el equilibrio interior. El llamado 'wellness design' o diseño emocional es fundamental para crear ambientes que promuevan estas sensaciones, impactando directamente en nuestras emociones y rutinas diarias. La arquitectura y el diseño de interiores responden a esta demanda enfocándose en elementos que fomentan una conexión más íntima con el espacio.

La psicología del color juega un papel crucial en esta tendencia. Tonos neutros, tierra o pasteles, junto con azules y verdes, son seleccionados por su capacidad para inducir calma y serenidad, mientras que acentos vibrantes pueden estimular la creatividad. La iluminación, tanto natural como artificial, es esencial para regular los ritmos circadianos y mejorar el estado de ánimo, optando por luces cálidas y regulables. Las texturas, las formas curvas y una distribución espacial que facilite la circulación y la interacción también contribuyen a crear sensaciones de suavidad, seguridad y conexión entre los habitantes.

La integración de elementos naturales, conocida como diseño biofílico, ha cobrado primordial importancia. Incorporar plantas, vistas al exterior o materiales como la madera y la piedra natural ayuda a reducir el estrés y a fomentar una sensación de tranquilidad y conexión con el entorno. El diseño se vuelve más personalizado, buscando reflejar la esencia de quienes habitan el espacio, convirtiendo cada hogar en una expresión única de identidad y bienestar.

Esta evolución también se manifiesta en la flexibilidad de los espacios, que se adaptan a estilos de vida cambiantes, integrando áreas multifuncionales para el trabajo, el ocio y la relajación. La pandemia aceleró esta tendencia, democratizando la importancia del diseño de interiores y consolidándolo como una necesidad para el bienestar general, no solo un lujo. Profesionales como Mariana Pussacq, creadora del método 'Healthy Interiors', enfatizan la importancia de la introspección para que el diseño refleje las necesidades internas antes que las tendencias externas, utilizando el color como eje central. El interiorismo emocional, respaldado por la neurociencia, busca crear entornos que prioricen la seguridad y la conexión, transformando no solo los espacios, sino también las vidas de quienes los habitan.

Fuentes

  • Alô Alô Bahia

  • WGSN Brasil

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