La Neurociencia Revela Cómo Las Quejas Moldean Tu Cerebro Hacia La Negatividad

Editado por: gaya ❤️ one

Quejarse constantemente no es solo una expresión de insatisfacción; es un proceso que moldea físicamente la estructura y función de nuestro cerebro, inclinándolo hacia una perspectiva más negativa.

La neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para reorganizarse, significa que las conexiones neuronales que se utilizan con frecuencia se fortalecen. Al quejarse, entrenamos a nuestro cerebro para identificar problemas y enfocarse en lo desfavorable. La psicóloga Katherine Sorroche explica que la activación repetida de los circuitos neuronales asociados con las emociones negativas fortalece estas vías con el tiempo. Esto puede afectar áreas cerebrales clave como la amígdala, responsable del procesamiento emocional, y el hipocampo, vital para la memoria y la resolución de problemas, alterando así nuestra percepción y respuesta a las situaciones.

Un estudio de la Universidad de Stanford, citado por Infobae, señala que la exposición a quejas durante tan solo 30 minutos al día puede dañar físicamente el cerebro, afectando las neuronas del hipocampo, cruciales para el funcionamiento cognitivo. Esta reconfiguración cerebral puede llevar a que las personas que se quejan habitualmente prioricen lo que está mal, dificultando el reconocimiento y aprecio de los aspectos positivos de la vida.

Además, la queja crónica puede desencadenar la liberación de cortisol, la hormona del estrés. Niveles elevados y sostenidos de cortisol tienen efectos perjudiciales en el sistema inmunológico y aumentan el riesgo de desarrollar condiciones como hipertensión, diabetes y enfermedades cardíacas. El cortisol elevado también puede afectar negativamente la neuroplasticidad, dificultando la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevas situaciones.

Para contrarrestar estos efectos y fomentar una mentalidad más optimista, se recomienda adoptar prácticas como la gratitud, la meditación y la atención plena. Estas actividades ayudan a promover un estado mental más positivo y a reentrenar el cerebro para una perspectiva más optimista. La neurociencia demuestra que, al igual que se fortalecen las vías neuronales negativas, se pueden crear y fortalecer activamente nuevas vías positivas a través de la repetición consciente de pensamientos y acciones positivas.

Comprender el impacto neurológico de la queja habitual subraya la importancia de gestionar nuestros pensamientos y reacciones. Al elegir conscientemente mecanismos de afrontamiento más positivos, podemos mejorar nuestra salud cerebral, nuestro bienestar emocional y lograr una vida más equilibrada. La práctica de la gratitud, por ejemplo, ha demostrado mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad al disminuir los niveles de cortisol.

Fuentes

  • Terra

  • Tibet House - Brasil

  • Estadão

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