El Ejercicio: Un Impulso para la Resiliencia Cerebral, la Memoria y la Regulación Emocional

Editado por: Elena HealthEnergy

La actividad física regular es un pilar fundamental no solo para la salud física, sino también para la optimización del cerebro, actuando como un mecanismo de 'reinicio' tras los contratiempos de la vida. Estudios recientes subrayan cómo el ejercicio promueve el crecimiento de nuevas neuronas y potencia funciones cognitivas esenciales.

El profesor de Psicología Óscar Elía Zudaire, de la Universidad Europea, señala que el movimiento físico tras una decepción, ya sea personal o profesional, permite al cerebro 'resetearse'. Esta afirmación se sustenta en investigaciones científicas que demuestran que la práctica deportiva continuada fomenta la neurogénesis, el proceso de creación de nuevas neuronas en el cerebro. El neurocientífico Diego Emilia Redolar, de la Universitat Oberta de Catalunya, explica que el ejercicio, en sus diversas formas como el entrenamiento de fuerza, las actividades cardiovasculares o incluso una caminata, estimula la expresión de genes clave en el hipocampo, una región cerebral vital para la memoria y el aprendizaje. Entre estos genes, destaca el BDNF (Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro), que actúa como un nutriente para el desarrollo neuronal.

Más allá de la neurogénesis, el ejercicio mejora la salud cardiovascular, optimizando el suministro de oxígeno y nutrientes al cerebro, lo que repercute directamente en un mejor rendimiento cognitivo. Esta combinación de beneficios contribuye a una consolidación de la memoria más eficaz y a una mayor capacidad para gestionar las emociones y las situaciones de estrés. Además, el ejercicio regular potencia funciones cognitivas como la toma de decisiones y la resolución de problemas al estimular áreas cerebrales como la corteza prefrontal.

Por ello, antes de un evento importante o al enfrentar desafíos, la actividad física se presenta como una estrategia eficaz para potenciar el rendimiento cognitivo. La ciencia ha revelado que el ejercicio puede incluso ayudar a "borrar" recuerdos no deseados. Al incrementar la neurogénesis en el hipocampo tras una experiencia traumática, se puede reducir la intensidad de dicho recuerdo y los síntomas de estrés postraumático asociados. La investigación sugiere que cuantas más neuronas nuevas se generan, menor es la carga de recuerdos traumáticos y las conductas de estrés.

En definitiva, en lugar de buscar un alivio momentáneo en distracciones pasajeras, la actividad física ofrece beneficios duraderos para la salud cerebral y emocional, equipándonos con herramientas para superar adversidades y mantener un bienestar integral. La práctica constante de ejercicio, adaptando la intensidad y modalidad a las necesidades individuales, es una inversión en nuestra capacidad de adaptación y resiliencia.

Fuentes

  • LA VERDAD

  • Universidad Europea

  • UOC

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