Estudio revela la herencia del trauma: cicatrices emocionales transmitidas a través de generaciones

¿Pueden las cicatrices emocionales causadas por el trauma y el estrés heredarse de los padres o incluso de los abuelos? Un creciente cuerpo de evidencia sugiere que este puede ser el caso, mientras los científicos exploran el concepto de "daño intergeneracional" y sus implicaciones en nuestra composición genética.

Un estudio reciente publicado en la revista Epigenética analizó los genes de más de 900 niños británicos cuyas madres habían sido abusadas físicamente por sus padres cuando eran pequeñas. Realizado por la Universidad de Syracuse en Nueva York, esta investigación utilizó datos del Estudio Longitudinal de Avon sobre Padres e Hijos, un proyecto en curso que comenzó en la década de 1990.

El análisis reveló que el ADN de la sangre del cordón umbilical de estos niños mostraba cambios epigenéticos similares a los encontrados en sus madres abusadas, lo que indica que el trauma puede ser transmitido físicamente a través de genes alterados.

Los cambios epigenéticos, que son modificaciones en la expresión genética causadas por factores ambientales, pueden afectar significativamente tanto la salud física como el comportamiento emocional. Cuando los investigadores examinaron los informes psiquiátricos de los niños a la edad de siete años, encontraron una correlación cercana entre sus cambios genéticos heredados y sus niveles de ansiedad, miedo y depresión.

La idea de que los comportamientos puedan heredarse fue propuesta por primera vez hace más de 200 años por el biólogo francés Jean-Baptiste Lamarck, pero estudios recientes han comenzado a validar esta teoría a través de experimentos científicos. Por ejemplo, un estudio de 2010 demostró que los cachorros de ratón separados de sus madres mostraban comportamientos similares a la depresión y una mayor ansiedad en nuevas situaciones, con pruebas de ADN que revelaban cambios epigenéticos asociados al trauma.

Además, la investigación liderada por Rachel Yehuda en la Escuela de Medicina Mount Sinai en Nueva York encontró cambios epigenéticos en sobrevivientes de campos de concentración nazis y sus hijos, sugiriendo que los genes heredados juegan un papel significativo en los efectos psicológicos del trauma.

En un estudio de 2019 de la Universidad de Tecnología de Queensland, los investigadores descubrieron que los padres con PTSD transmitían alteraciones genéticas relacionadas con el estrés a sus hijos, enfatizando el impacto duradero de las experiencias traumáticas.

Adicionalmente, un estudio de 2022 de la Universidad de Sakarya en Turquía mostró efectos físicos medibles en los cerebros de niños cuyas madres experimentaron trauma, indicando un posible vínculo entre el trauma intergeneracional y la estructura cerebral.

Si bien algunos expertos argumentan que el comportamiento de los padres traumatizados puede tener una influencia mucho más profunda en la salud mental de sus hijos que la herencia genética, otros, como la Dra. Chloe Wong del King's College de Londres, creen que el estrés heredado puede afectar significativamente a las generaciones futuras.

A pesar de la complejidad de este tema, hay esperanza. La investigación sugiere que los cambios epigenéticos dañinos son reversibles. Estudios han demostrado que proporcionar entornos de apoyo puede disminuir los síntomas de trauma en los descendientes afectados.

En conclusión, aunque la herencia del trauma a través de genes alterados presenta una realidad desalentadora, también subraya la importancia del autocuidado y de llevar una vida saludable. Como señala la Dra. Heather Sequeira, adoptar una dieta mediterránea, hacer ejercicio regularmente y practicar la atención plena puede ayudar a mitigar los efectos de la inflamación crónica, beneficiando en última instancia a las generaciones futuras.

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