Aumentan las preocupaciones sobre el conflicto en curso en Siria. Los informes indican una escalada de la violencia étnica y religiosa. La situación es particularmente grave en regiones como Latakia, Tartus y Homs.
Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los grupos armados han provocado un número significativo de víctimas. Se informa que más de 1.500 personas murieron solo en Jableh. La violencia plantea preocupaciones sobre una posible limpieza étnica.
Se insta a la comunidad internacional a abordar la situación. La atención debe centrarse en la protección de las poblaciones vulnerables. Una resolución pacífica del conflicto es crucial para la estabilidad regional.