París, Francia – El Primer Ministro francés, François Bayrou, presentó su dimisión el 8 de septiembre de 2025, después de que su gobierno perdiera un voto de confianza en la Asamblea Nacional. La votación, que resultó en 364 legisladores en contra y 194 a favor, marca un punto de inflexión en la ya volátil escena política francesa, sumiendo al país en una nueva crisis de gobernanza.
Bayrou, quien asumió el cargo el 13 de diciembre de 2024, enfrentó una oposición unificada de los principales partidos, incluyendo el Reagrupamiento Nacional, el Partido Socialista, los Verdes y La Francia Insumisa. El detonante de esta crisis fue el plan de reducción del déficit de 44.000 millones de euros propuesto por su gobierno, que incluía medidas impopulares como la eliminación de días festivos y la imposición de impuestos a los jubilados.
La caída de Bayrou se produce en un contexto de profunda inestabilidad política que ha afectado a la presidencia de Emmanuel Macron desde que disolviera la Asamblea Nacional en junio de 2024, resultando en un parlamento sin mayoría clara. Este colapso gubernamental es el segundo en menos de un año, recordando los periodos de gran fragilidad política de la Cuarta República Francesa (1946-1958).
La dimisión de Michel Barnier en diciembre de 2024, tras solo tres meses en el cargo, ya había sido la primera vez que un gobierno francés caía por una moción de censura desde 1962. En declaraciones posteriores a la votación, el Ministro de Finanzas, Éric Lombard, sugirió que el plan de reducción del déficit podría volverse menos ambicioso y reconoció que una nueva administración podría requerir negociaciones con la izquierda, lo que potencialmente debilitaría los esfuerzos de consolidación fiscal.
Expertos como André Sapir señalan que Francia ya tiene una de las cargas fiscales más altas de la Unión Europea, lo que limita su margen para aumentar impuestos. La incertidumbre política generada por estos eventos podría impactar negativamente la inversión, que ya ha mostrado una tendencia a la baja.
El Presidente Emmanuel Macron ahora enfrenta el desafío de nombrar a su quinto Primer Ministro desde 2022, en un intento por restaurar la estabilidad. Sin embargo, la fragmentación del parlamento y la falta de consenso sobre políticas fiscales hacen que la tarea sea ardua. La deuda pública de Francia, que a finales del primer trimestre de 2025 se situaba en aproximadamente el 114% del PIB, y un déficit cercano al 6% del PIB, exigen medidas urgentes.
La estrategia de Bayrou de convocar un voto de confianza, buscando forzar un acuerdo sobre su plan de austeridad, no logró el efecto deseado. En lugar de unificar, expuso la profunda división política y la falta de confianza pública en las medidas propuestas, a pesar de la preocupación generalizada por la deuda.
La situación actual plantea interrogantes sobre la capacidad de Francia para abordar sus desafíos fiscales y económicos en un entorno global tenso, mientras el país navega por un periodo de considerable incertidumbre política.