Para junio de 2025, Europa se ha consolidado como el principal proveedor de ayuda a Ucrania, superando la contribución de Estados Unidos. El Instituto Kiel para la Economía Mundial informa que la asistencia europea totaliza 138 mil millones de euros, mientras que la de Estados Unidos asciende a 111.28 mil millones de euros (equivalente a 130.6 mil millones de dólares). Esta ayuda global, que abarca los ámbitos militar, humanitario y financiero, supera los 309 mil millones de euros y proviene de al menos 41 países, en su mayoría aliados de la OTAN y miembros de la UE.
Dentro de Europa, Alemania lidera las contribuciones con 21.29 mil millones de euros, seguida por el Reino Unido con 18.61 mil millones, los Países Bajos con 10.89 mil millones y Francia con 7.56 mil millones. Otros países como Canadá y Noruega también han mostrado un apoyo significativo, aportando 11.94 mil millones y 6.49 mil millones de euros respectivamente entre enero de 2022 y junio de 2025. Países no pertenecientes a la OTAN como Japón, Suiza, Australia, Austria, Corea del Sur e Irlanda también han ofrecido un apoyo sustancial.
Ante las crecientes amenazas geopolíticas y la incertidumbre sobre el respaldo militar estadounidense, la Comisión Europea presentó en marzo de 2025 el plan "Readiness 2030". Esta iniciativa busca movilizar hasta 800 mil millones de euros para fortalecer la infraestructura de defensa europea, con el objetivo de mejorar la autonomía estratégica del continente y asegurar la estabilidad regional.
En junio de 2025, líderes militares de EE. UU. y Europa finalizaron un conjunto de opciones militares para Ucrania, que serán presentadas a sus respectivos consejeros de seguridad nacional. Estas acciones reflejan el compromiso de Estados Unidos, bajo la administración Trump, de apoyar la defensa de Ucrania en cualquier acuerdo futuro para poner fin al conflicto con Rusia.
La continuidad de este robusto apoyo europeo dependerá de factores clave como el respaldo continuo de Estados Unidos, el progreso en las negociaciones de paz y la propia capacidad de Europa para mantener y expandir su compromiso financiero y militar con Ucrania. La situación actual subraya la creciente autonomía estratégica de Europa y su determinación para asegurar la estabilidad regional en un panorama global en constante evolución.