Hoy se marca la 52ª edición del Festival Internacional Cervantino (FIC) en México, una celebración cultural que muestra la riqueza del arte y la música. El evento inaugural de este año, la Guelaguetza, destaca la importancia del festival en la promoción del patrimonio cultural.
El FIC se originó en los años 70 y ha crecido para convertirse en un evento cultural significativo en América Latina, atrayendo a artistas de todo el mundo. Sin embargo, los críticos argumentan que la calidad del festival ha disminuido en los últimos años debido a recortes presupuestarios y un alejamiento de la meritocracia artística.
Tradicionalmente, el festival presenta una alineación diversa, incluyendo músicos y artistas de renombre. Este año, más de 3,000 artistas están participando, aunque el presupuesto ha disminuido en comparación con años anteriores, lo que genera preocupaciones sobre el futuro del festival. Los artistas locales suelen dominar la alineación, llevando a algunos a lamentar la pérdida de prestigio internacional.
Como señala Christa Cowrie, fotógrafa del festival, “Los recortes han sido brutales”, reflejando el impacto más amplio de las restricciones presupuestarias en las iniciativas culturales. Los críticos enfatizan la necesidad de restaurar la antigua gloria del festival, pidiendo un regreso a la programación de alta calidad que alguna vez hizo del FIC un evento de primer nivel en las artes.
En resumen, aunque el Festival Cervantino sigue siendo un elemento cultural crucial en México, su futuro está en la balanza mientras enfrenta desafíos financieros y un panorama artístico cambiante.