Informes recientes indican una escalada significativa en el conflicto en curso entre Israel e Irán, marcada por una serie de ataques con misiles dirigidos a los territorios de ambos países. Los ataques han causado víctimas y daños a la infraestructura clave, lo que genera preocupación sobre el potencial de un conflicto regional más amplio.
El lunes, misiles israelíes impactaron en una base militar en Teherán, tras una alerta de evacuación emitida anteriormente por Israel para la capital iraní. Simultáneamente, Irán lanzó misiles hacia Israel, con informes de intercepciones sobre ciudades israelíes.
El intercambio de disparos sigue a un fin de semana de intensos ataques, incluidos ataques a zonas residenciales, instalaciones militares e infraestructura crítica. El conflicto ya ha resultado en cientos de muertes y heridos, y ambas partes prometen continuar sus operaciones militares. Se están llevando a cabo esfuerzos internacionales para mediar un alto el fuego, pero no se han alcanzado acuerdos concretos.
La escalada del conflicto ha generado preocupación mundial, con líderes mundiales expresando su preocupación por el potencial de una mayor escalada y el impacto en la estabilidad regional. La Unión Europea ha convocado una reunión de emergencia para discutir la situación y coordinar los esfuerzos diplomáticos. Estados Unidos ha declarado que podría involucrarse en el conflicto.