Las negociaciones de paz entre el gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) y el grupo rebelde M23 no lograron cumplir el plazo del 18 de agosto de 2025 para alcanzar un acuerdo en Doha, Qatar. Este incumplimiento genera preocupación por un posible colapso de las conversaciones destinadas a poner fin al prolongado conflicto en el este del Congo.
Los rebeldes del M23 habían capturado Goma y Bukavu en enero de 2025, lo que provocó miles de muertes y un desplazamiento generalizado. En julio de 2025, ambas partes firmaron una declaración de principios en Doha, acordando iniciar negociaciones antes del 8 de agosto. Sin embargo, el progreso se ha estancado. El M23 enfatiza la liberación de prisioneros como esencial para futuras conversaciones, mientras que el gobierno congoleño está revisando un borrador de acuerdo de los mediadores. A pesar del incumplimiento del plazo, se espera que las discusiones continúen.
La comunidad internacional, incluida la ONU, ha instado a la adhesión a los acuerdos de alto el fuego y a la búsqueda de una paz sostenible. El papel de Qatar como mediador subraya la creciente importancia de los socios externos en los esfuerzos de paz africanos. Sin embargo, los analistas señalan que el progreso depende de que ambas partes mantengan el cese de las hostilidades el tiempo suficiente para que la diplomacia arraigue.
En un esfuerzo por abordar la financiación de los grupos armados y la explotación de recursos, Estados Unidos impuso sanciones en agosto de 2025 a grupos como PARECO y a empresas involucradas en el comercio ilícito de minerales de conflicto. Estas medidas buscan interrumpir la financiación de grupos armados y abordar la explotación de recursos, un motor clave del conflicto en el este de la RDC. La riqueza mineral del país, valorada en billones de dólares, ha sido saqueada por grupos armados y funcionarios corruptos, perpetuando la pobreza y la inestabilidad. La demanda mundial de minerales como el coltán, utilizado en productos electrónicos, mantiene este comercio ilícito a pesar de los esfuerzos internacionales de regulación.
La situación sigue siendo volátil, con acusaciones mutuas de violaciones del alto el fuego entre ambas partes. El M23 ha sido acusado de realizar ofensivas y violar el alto el fuego, mientras que el ejército congoleño también ha sido acusado de provocaciones. La violencia en el este de la RDC se ha intensificado, con el M23 capturando ciudades estratégicas como Goma y Bukavu. El grupo ha sido acusado de graves violaciones de derechos humanos, incluidas ejecuciones sumarias y reclutamiento forzoso. Las acusaciones de apoyo de Ruanda al M23, que Kigali niega, complican aún más el panorama diplomático.
Los esfuerzos regionales de paz, como los de la Comunidad de África Oriental (EAC) y la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), se están alineando bajo el liderazgo de la Unión Africana (UA) para unificar las iniciativas de mediación. A pesar de los desafíos, la voluntad de continuar las negociaciones ofrece un atisbo de esperanza para una resolución duradera del conflicto que ha asolado la región durante décadas.