El 9 de agosto de 2025, Irán emitió una seria advertencia contra el corredor de tránsito propuesto a través del sur de Armenia, conocido como la Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional (TRIPP). Este corredor, parte de un acuerdo de paz negociado por Estados Unidos entre Armenia y Azerbaiyán, ha generado profundas preocupaciones de seguridad y geopolíticas para Teherán. Ali Akbar Velayati, asesor principal del Líder Supremo de Irán, declaró que los ejercicios militares realizados en el noroeste de Irán demostraban la determinación del país para prevenir cambios geopolíticos en la región. Velayati enfatizó que el corredor no se convertiría en un paso controlado por Estados Unidos, sino en una "tumba para los mercenarios de Trump", subrayando la firme oposición de Irán a lo que considera una alteración de la seguridad regional y la integridad territorial de Armenia. Irán ha expresado previamente su oposición a la ruta, conocida también como el Corredor Zangezur, argumentando que podría fragmentar Armenia y limitar el acceso regional de Irán. Para señalar su determinación, Irán ha llevado a cabo simulacros militares en su frontera noroccidental.
El acuerdo de paz, firmado en Washington D.C. el 8 de agosto de 2025, busca resolver el prolongado conflicto entre Armenia y Azerbaiyán sobre la región de Nagorno-Karabaj. El pacto incluye la concesión de derechos exclusivos de desarrollo a Estados Unidos para el corredor, que conectará Azerbaiyán con su exclave de Najicheván a través de territorio armenio. Este movimiento estratégico, que busca reducir la influencia de Rusia e Irán en el Cáucaso Sur, ha sido bien recibido por Azerbaiyán y Turquía, pero ha generado una fuerte reacción por parte de Irán y escepticismo por parte de Rusia, que aboga por soluciones regionales. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, si bien dio la bienvenida al acuerdo de paz como un "paso importante" hacia la estabilidad, advirtió contra cualquier "interferencia extranjera", especialmente cerca de sus fronteras compartidas, ya que podría socavar la seguridad y la estabilidad duradera de la región. Teherán ha reiterado su disposición a cooperar constructivamente con Armenia y Azerbaiyán para salvaguardar la paz y el desarrollo económico, preferiblemente a través de mecanismos regionales como el formato 3+3. Las implicaciones geopolíticas de este corredor son significativas. Al facilitar el tránsito entre Azerbaiyán y Turquía sin pasar por Irán o Rusia, el corredor podría reconfigurar las dinámicas comerciales y de poder en el Cáucaso Sur. La decisión de Estados Unidos de obtener derechos de desarrollo a largo plazo (hasta 99 años) subraya su ambición de aumentar su influencia en la región, un objetivo que entra en conflicto directo con los intereses estratégicos de Irán y Rusia. La oposición de Irán al corredor no es solo una cuestión de seguridad, sino también una defensa de su posición geopolítica y sus rutas de tránsito vitales hacia el norte.