Fuerzas rusas llevaron a cabo ataques dirigidos a la infraestructura de gas en Ucrania los días 6 y 8 de agosto de 2025. El 8 de agosto, un ataque con drones Shahed impactó una instalación de gas de SOCAR, la compañía estatal de petróleo de Azerbaiyán, en la región de Odesa, provocando un incendio, dañando un oleoducto de diésel y causando heridas graves a cuatro empleados de SOCAR. Este incidente se suma a un ataque anterior a una estación de distribución de gas cerca de Orlovka, un componente crucial del gasoducto Trans-Balcánico, a través del cual el gas azerbaiyano comenzó a fluir hacia Ucrania el 28 de junio de 2025.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, condenó enérgicamente los ataques, calificándolos de "deliberados", pero reafirmó la continuidad de la cooperación energética con Ucrania. En una conversación telefónica con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, ambos líderes condenaron los ataques y reafirmaron su compromiso con el sector energético. El Ministerio de Energía de Ucrania interpretó los ataques como una estrategia rusa para socavar las relaciones de Ucrania con Azerbaiyán, Estados Unidos y Europa, y para desestabilizar las rutas energéticas que garantizan la independencia energética de Ucrania y otros países europeos. La estación de compresión atacada cerca de Orlovka es fundamental para el tránsito de gas azerbaiyano hacia Europa, así como para el manejo de gas natural licuado de Estados Unidos, fortaleciendo los vínculos energéticos occidentales. A pesar de los intentos de interrupción, Azerbaiyán y Ucrania han demostrado una voluntad unificada para mantener y expandir sus asociaciones energéticas, subrayando la importancia estratégica de asegurar las rutas energéticas en un panorama geopolítico complejo.