El gobierno alemán, bajo el liderazgo del Canciller Friedrich Merz, está considerando una reforma significativa de su servicio militar para fortalecer la Bundeswehr y cumplir con los requisitos de la OTAN, que demandan aproximadamente 60.000 soldados adicionales. La Bundeswehr cuenta actualmente con unos 183.000 efectivos, y el objetivo es aumentar la fuerza a 260.000 soldados activos para 2035, además de incrementar las reservas de 60.000 a 200.000.
La reforma, que se espera sea aprobada a finales de agosto de 2025 y entre en vigor el 1 de enero de 2026, introduce una opción de servicio militar voluntario. Como parte de esta medida, todos los hombres de 18 años recibirán un cuestionario de la Bundeswehr sobre su disposición a servir; este proceso será obligatorio para los hombres y voluntario para las mujeres. El propósito es aumentar el reclutamiento para el servicio militar, que tendrá una duración mínima de seis meses. Sin embargo, el plan contempla la posibilidad de reintroducir el servicio militar obligatorio si el servicio voluntario no logra atraer suficientes efectivos. Esta decisión requerirá la aprobación del gabinete y el consentimiento del Bundestag. La iniciativa también incluye la reactivación de reservistas. Norbert Röttgen, subjefe del grupo parlamentario de la CDU/CSU, ha expresado preocupación por la falta de objetivos y plazos específicos en la ley, lo que dificulta el seguimiento del progreso en el aumento de las fuerzas armadas. Este cambio estratégico es una respuesta directa a las crecientes amenazas a la seguridad en Europa, especialmente tras la invasión rusa de Ucrania en 2022. El Canciller Merz ha articulado una visión más amplia de convertir a Alemania en la potencia militar convencional más fuerte de Europa.