Sanciones de la UE contra Rusia: Barcos viejos vendidos a entidades rusas, lo que genera preocupación por la elusión

La venta de barcos viejos a entidades rusas, que podrían utilizarse para eludir las sanciones, ha generado preocupación entre los funcionarios europeos. Las investigaciones realizadas por la emisora alemana ZDF y la plataforma de periodismo de investigación "Süddeutsche Zeitung" han revelado que numerosos barcos, muchos de los cuales fueron adquiridos a empresas navieras europeas a precios elevados, ahora forman parte de la "flota fantasma" de Rusia.

Las investigaciones revelaron que más de 230 barcos, de un total de 650, en la "flota fantasma" de Rusia fueron comprados a empresas navieras europeas. Algunos de estos barcos se vendieron a precios considerablemente más altos que su valor de mercado. El Instituto Kiel para la Economía Mundial descubrió que estos barcos se vendieron después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022, cuando los precios del petróleo se dispararon debido a las sanciones.

Dos empresas navieras alemanas, Salamon AG y Schulte-Gruppe, han sido identificadas como vendedoras de barcos a entidades rusas. Salamon AG vendió su petrolero "Cup" a una empresa chipriota en abril de 2022. Unos meses después, Schulte-Gruppe vendió su petrolero "Angelica Schulte" a una empresa de Hong Kong. Ambos barcos fueron posteriormente añadidos a la lista de entidades rusas sancionadas por el gobierno de los Estados Unidos a finales de 2024.

Ambas empresas alemanas niegan cualquier irregularidad, afirmando que realizaron la debida diligencia sobre los compradores y que no vendieron los barcos directamente a entidades rusas. Sin embargo, las investigaciones revelaron que los compradores estaban vinculados a empresas rusas y que los barcos se utilizaron posteriormente en la "flota fantasma" de Rusia.

La asociación alemana de la industria naviera VDR ha expresado su preocupación por la venta de barcos viejos a entidades rusas, calificándolo de "tendencia preocupante". La asociación argumenta que tales transacciones podrían utilizarse para eludir las sanciones y que las empresas navieras deberían rendir cuentas por sus acciones.

La UE ha impuesto sanciones a la industria naviera rusa, incluida la prohibición de la venta de barcos a entidades rusas. Sin embargo, las regulaciones son poco claras y no prohíben explícitamente la venta de barcos viejos a empresas de terceros, que luego pueden transferirlos a entidades rusas.

Las investigaciones ponen de manifiesto los desafíos que supone hacer cumplir las sanciones contra Rusia, especialmente en la industria naviera. La naturaleza compleja del comercio internacional y el uso de intermediarios dificultan el seguimiento del movimiento de mercancías y buques.

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