Un equipo internacional de científicos ha desarrollado un sistema innovador que utiliza campos magnéticos para mejorar la producción de oxígeno en entornos de microgravedad, un avance crucial para las misiones espaciales de larga duración. Este método, publicado en Nature Chemistry, aborda los desafíos de la electrólisis del agua en el espacio, donde las burbujas de gas generadas tienden a adherirse a los electrodos, obstaculizando el proceso.
El sistema, liderado por el Dr. Álvaro Romero-Calvo del Instituto de Tecnología de Georgia, emplea imanes permanentes comunes para crear un efecto de flotabilidad magnética. Esta fuerza dirige las burbujas de gas lejos de los electrodos y las acumula en puntos específicos, eliminando la necesidad de componentes mecánicos complejos como centrifugadoras. La investigación destaca dos interacciones magnéticas clave: el diamagnetismo, que repele el agua de los campos magnéticos, y la magnetohidrodinámica, que induce un movimiento rotatorio en el líquido. Estos efectos combinados aumentan la eficiencia de las celdas electroquímicas hasta en un 240%.
Los experimentos se llevaron a cabo en la Torre de Caída de ZARM en Bremen, Alemania, que simula condiciones de microgravedad. Los resultados confirmaron la viabilidad de las fuerzas magnéticas para controlar el flujo de burbujas en microgravedad, lo que representa un avance significativo en la mecánica de fluidos de baja gravedad y abre nuevas posibilidades para el diseño de sistemas de soporte vital más ligeros, sencillos y sostenibles para misiones espaciales profundas.
El equipo planea continuar la validación de su método mediante vuelos suborbitales en cohete para demostrar su eficacia en condiciones de microgravedad prolongada. La NASA ha mostrado interés en esta tecnología, ya que se alinea con su objetivo de reducir la masa y la complejidad de los sistemas de soporte vital para futuras misiones tripuladas a Marte y más allá.