El 4 de febrero de 2025, Blue Origin lanzó su sistema de cohetes suborbitales reutilizables New Shepard desde el oeste de Texas, transportando una serie de cargas útiles de la NASA diseñadas para probar tecnologías en un entorno de gravedad lunar simulada. El lanzamiento, apoyado por el programa Flight Opportunities de la NASA, marcó un paso importante hacia la exploración lunar futura.
La empresa, con sede en Kent, Washington, mejoró las capacidades de vuelo de la cápsula New Shepard para reproducir la gravedad de la Luna, que es aproximadamente una sexta parte de la de la Tierra, durante un vuelo suborbital. Este entorno único permitió probar diversas tecnologías cruciales para las futuras misiones lunares.
«Las empresas comerciales son esenciales para ayudar a la NASA a prepararse para las misiones a la Luna y más allá», dijo Danielle McCulloch, directora de programa del programa Flight Opportunities de la agencia. «Cuanto más similar sea un entorno de prueba al entorno operativo de una misión, mejor. Por lo tanto, brindamos un apoyo sustancial a esta prueba de vuelo para ampliar las capacidades del vehículo disponibles, ayudando a garantizar que las tecnologías estén listas para la exploración lunar».
El programa Flight Opportunities reservó espacio para 16 cargas útiles dentro de la cápsula y una montada en el exterior. La NASA también contribuyó a las actualizaciones de New Shepard para proporcionar el entorno necesario para las pruebas. Una carga útil notable es LUCI (Lunar-g Combustion Investigation), diseñado para estudiar la inflamabilidad de los materiales en la Luna en comparación con la Tierra. Esta investigación es esencial para la seguridad de los astronautas en los hábitats lunares y podría informar el diseño de dispositivos de combustión para la superficie lunar.
Otras cargas útiles apoyadas por la NASA incluyeron siete del programa Game Changing Development, centrado en mitigar el impacto del polvo lunar y realizar trabajos de construcción y excavación en la superficie lunar. Tres cargas útiles adicionales probaron instrumentos para detectar agua subterránea en la Luna y estudiar la física del flujo y los cambios de fase en la gravedad lunar.
Este vuelo de Blue Origin, con su diverso conjunto de cargas útiles, representa un avance significativo en la preparación de futuras misiones lunares. La prueba exitosa demuestra el valor de la colaboración entre la NASA y las empresas espaciales comerciales en el desarrollo de tecnologías de exploración espacial.