La misión Polaris Dawn de SpaceX ha alcanzado un hito histórico en los vuelos espaciales comerciales, a pesar de enfrentar dificultades técnicas. El 10 de septiembre, la cápsula Crew Dragon, pilotada por un equipo de cuatro personas liderado por el empresario Jared Isaacman, alcanzó una altitud orbital récord de 1,400 kilómetros sobre la Tierra. Esto marca un nuevo máximo para las misiones tripuladas en órbita terrestre baja.
Dos días después, el 12 de septiembre, la misión llevó a cabo la primera caminata espacial privada del mundo, en la que participaron Isaacman y otro miembro de la tripulación. Este evento abre la puerta a nuevas oportunidades en los viajes espaciales comerciales.
Sin embargo, informes recientes de Reuters indican que la misión encontró problemas técnicos. Un corte de energía en la instalación de SpaceX en California llevó a una pérdida temporal de control sobre la cápsula por parte del equipo de control de vuelo. Aunque el incidente fue breve, generó preocupaciones significativas entre los expertos, ya que el papel principal del equipo en tierra es responder rápidamente a emergencias, y tales interrupciones socavan la confianza en la seguridad de los vuelos espaciales comerciales.
Como empresa privada, SpaceX no ha divulgado públicamente detalles sobre este problema. La Administración Federal de Aviación (FAA) supervisa la seguridad en la Tierra, pero no regula la protección de los pasajeros en misiones privadas debido a un moratorio aprobado por el Congreso en 2004, que permite al sector privado crecer sin una regulación excesiva. Por lo tanto, la tripulación de Polaris Dawn no estaba sujeta a los mismos protocolos de seguridad que se aplican a las misiones gubernamentales.
Según otras fuentes de Reuters, SpaceX admitió ante la NASA la pérdida temporal de control durante la misión Polaris Dawn. A pesar de esto, la empresa sigue siendo un socio confiable de la NASA, proporcionando el transporte de astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS). SpaceX ya ha completado nueve misiones exitosas a la ISS; sin embargo, en noviembre, la NASA instó a la empresa a aumentar su enfoque en la seguridad de la tripulación en vuelos comerciales, ya que el aumento en el número de lanzamientos espaciales requiere un control más estricto de los riesgos potenciales.
A pesar del incidente, la misión Polaris Dawn demuestra el inmenso potencial de los vuelos espaciales privados. Abre el camino a nuevas tecnologías y oportunidades, pero también recuerda la necesidad de mejorar los estándares de seguridad. En el futuro, la integración del sector privado en los programas espaciales nacionales debe ir acompañada de una regulación más estricta para evitar problemas similares.
Anteriormente, informamos sobre cómo la visión de uno de los miembros de la tripulación se deterioró durante el vuelo de Polaris Dawn.