La administración Trump ha propuesto recortes presupuestarios significativos para la NASA en su presupuesto de 2026, una reducción del 24% con respecto a los niveles promulgados en 2025, recortando la financiación en 6 mil millones de dólares [1, 5]. Esto ha desatado un debate considerable dentro de la comunidad espacial [1, 3, 5].
La ciencia espacial se enfrenta a una reducción de 2.300 millones de dólares, lo que podría suprimir la misión de Retorno de Muestras de Marte, un esfuerzo conjunto con la Agencia Espacial Europea [1, 2]. La ciencia de la Tierra podría ver un recorte de 1.200 millones de dólares, y los sistemas heredados de exploración humana podrían reducirse en casi 900 millones de dólares [1, 5]. La estación espacial lunar Gateway, un componente del programa Artemis, también se enfrenta a una posible cancelación [1, 2]. Los programas de aviación sostenible de la NASA también se suspenderían [1, 5].
El programa Artemis sufriría cambios, eliminando gradualmente el cohete Space Launch System (SLS) y la cápsula Orion después de tres vuelos debido a su alto costo, estimado en 4 mil millones de dólares por lanzamiento y un 140% por encima del presupuesto [1, 2, 5]. La administración pretende reemplazar los vuelos SLS y Orion con sistemas comerciales más rentables para apoyar las misiones lunares [2, 5]. La exploración espacial humana es la única rama de la NASA que recibirá un aumento de financiación, con un aumento de casi 650 millones de dólares [1, 5]. Esto refleja el enfoque de la administración en regresar a la Luna antes que China y, finalmente, enviar humanos a Marte [1, 4, 5].
Estos recortes propuestos han suscitado críticas de expertos y defensores del espacio, que temen el impacto en los programas científicos de la NASA y las colaboraciones internacionales [3, 12]. El Congreso decidirá en última instancia el destino del presupuesto de la NASA para 2026 [1].