El telescopio espacial Hubble de la NASA ha proporcionado observaciones innovadoras de la Gran Mancha Roja de Júpiter, revelando que la tormenta de 190 años de antigüedad presenta cambios inesperados en forma y movimiento durante un período de 90 días. Este icónico anticiclón, que es la tormenta más grande del sistema solar, fue observado 'temblando' y cambiando de dimensiones, demostrando que no es tan estable como se pensaba anteriormente.
El estudio, presentado en la 56ª reunión anual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana, destacó cómo el tamaño de la tormenta oscila mientras se mueve, un fenómeno que no se había observado antes. La autora principal, Amy Simon, enfatizó la importancia de estos hallazgos, afirmando: 'Esta es realmente la primera vez que hemos tenido la cadencia de imágenes adecuada de la GRS.'
Las imágenes de alta resolución de Hubble permitieron a los científicos medir las características de la tormenta, revelando una correlación entre su movimiento y los cambios en su forma. Las observaciones indicaron que la forma ovalada de la tormenta puede parecer más delgada o más gruesa, mostrando así su naturaleza dinámica.
Además, un equipo separado que utilizó el telescopio espacial James Webb descubrió nuevos detalles sobre el centro de la tormenta, que es frío y contiene amoníaco y agua, contribuyendo a las nubes densas observadas. Estos hallazgos son cruciales para comprender los patrones meteorológicos no solo en Júpiter, sino también en exoplanetas.
Los resultados subrayan la complejidad de la atmósfera de Júpiter y los patrones climáticos caóticos que son comparables a los de la Tierra. Al monitorear continuamente la Gran Mancha Roja, los científicos pueden profundizar su comprensión de los procesos meteorológicos en todo el universo.