En respuesta al reciente sabotaje de cables submarinos en Europa, la OTAN está explorando soluciones para proteger las comunicaciones contra amenazas de Rusia, Corea del Norte y posibles ataques terroristas. La solución propuesta implica el uso de drones submarinos autónomos.
Los cables submarinos son infraestructuras críticas en cualquier escenario de conflicto, ya que cortar uno o dos puede interrumpir el acceso a Internet para naciones enteras. Dada la inmensidad de los océanos, es impráctico mantener una presencia naval para proteger estos cables. Por lo tanto, la estrategia de la OTAN se centra en desplegar vehículos de superficie no tripulados (USV) para monitorear áreas donde se encuentran estos cables.
A principios de noviembre, dos cables submarinos fueron dañados intencionadamente en el mar Báltico, interrumpiendo las conexiones de Internet entre Suecia y Lituania, y entre Finlandia y Alemania. Los satélites espías indicaron que un carguero chino, el Yi Peng 3, pasó por encima de los cables en el momento de su ruptura, arrastrándolos potencialmente con su ancla.
El carguero había estado recientemente en Rusia, lo que genera sospechas sobre la implicación de entidades rusas. La OTAN ya está planeando redirigir el tráfico de Internet a sistemas satelitales como Starlink de Elon Musk en caso de futuras interrupciones, aunque las redes satelitales no pueden manejar el inmenso tráfico que soportan los cables submarinos.
El almirante francés Pierre Vandier, Comandante Supremo Aliado de la OTAN, confirmó planes para desplegar barcos autónomos para monitorear los cables submarinos en el mar Báltico y el Mediterráneo. Estos USV, que han estado operativos desde 2021 bajo la Task Force 59 de la OTAN, pueden patrullar rutas de manera autónoma durante meses, alimentados por paneles solares y equipados con cámaras para grabar su entorno.
La OTAN tiene como objetivo desplegar esta flota de drones autónomos para junio del próximo año, con la esperanza de prevenir más incidentes de sabotaje hasta entonces.