Apple ha lanzado los esperados AirPods Pro 3, que incluyen innovaciones como un sensor de ritmo cardíaco, una mejora significativa en la Cancelación Activa de Ruido (ANC) y la nueva función de Traducción en Vivo. Sin embargo, la función de Traducción en Vivo no estará disponible para los usuarios dentro de la Unión Europea (UE) si su cuenta de Apple también está registrada en un país de la UE. La documentación oficial de Apple confirma esta restricción, que se especula está vinculada a las estrictas regulaciones europeas sobre inteligencia artificial y protección de datos, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y la Ley de Inteligencia Artificial de la UE.
Estas normativas imponen requisitos rigurosos en los servicios de voz y traducción, especialmente en lo que respecta a la privacidad, el consentimiento y el flujo de datos transfronterizo. Los reguladores podrían estar evaluando cómo la función de Traducción en Vivo procesa las conversaciones de los usuarios antes de permitir su implementación generalizada. Esta limitación afecta a los AirPods Pro 3, AirPods Pro 2 y AirPods 4 con ANC que cuenten con esta capacidad.
Para los usuarios fuera de la UE, la Traducción en Vivo inicialmente soportará la comunicación en tiempo real entre inglés, francés, alemán, portugués y español, con planes de expandir la compatibilidad a italiano, japonés, coreano y chino simplificado para finales de año. La función requiere un iPhone compatible con Apple Intelligence (iPhone 15 Pro o modelos más recientes) y la versión iOS 26.
Más allá de la restricción de la Traducción en Vivo, los AirPods Pro 3 ofrecen una calidad de sonido mejorada con graves más profundos y un escenario sonoro más amplio. Duplican la capacidad de ANC respecto al modelo anterior, integran un sensor de ritmo cardíaco para el seguimiento de actividad física sin necesidad de un Apple Watch, y extienden la duración de la batería hasta ocho horas con ANC activado. Los AirPods Pro 3 tienen un precio de 249 dólares en EE. UU. y su lanzamiento oficial está programado para el 19 de septiembre de 2025.
La industria tecnológica observa de cerca cómo las regulaciones de la UE moldean la adopción de nuevas tecnologías, anticipando que otras empresas podrían enfrentar desafíos similares al integrar funciones avanzadas de IA en sus productos para el mercado europeo. La adaptación a estas normativas se perfila como un factor clave para la estrategia de lanzamiento de productos tecnológicos en la región.