La startup Halo ha lanzado Halo X, un prototipo de gafas inteligentes que integran inteligencia artificial (IA) para proporcionar información en tiempo real, desatando un debate sobre la privacidad y la ética en la tecnología vestible.
Desarrolladas por AnFound Nguyen y Kein Ardayfio, quienes previamente trabajaron en el proyecto I-XRAY, un sistema de reconocimiento facial para las gafas inteligentes de Ray-Ban, las Halo X buscan mejorar la experiencia del usuario. Estas gafas están equipadas con un micrófono y una pantalla, pero carecen de cámara en su versión actual. Se conectan a un smartphone para aprovechar su potencia de procesamiento en el análisis de datos. La IA integrada se basa en Google Gemini y Perplexity, donde Gemini asiste en tareas de lógica y matemáticas, mientras que Perplexity se encarga de la búsqueda de información en internet.
La característica distintiva de las Halo X es su capacidad de grabación de audio discreta. A diferencia de las gafas inteligentes de Ray-Ban Meta, que cuentan con luces indicadoras de funcionamiento, las Halo X están diseñadas para parecerse a gafas convencionales, sin señales externas que alerten sobre su operación. Los creadores afirman que el audio se elimina tras su descifrado y que el producto final contará con cifrado de extremo a extremo.
Sin embargo, expertos en ciberseguridad, como Eva Galperin de la Electronic Frontier Foundation, expresan preocupación. Señalan que esta normalización de dispositivos de grabación encubierta socava las expectativas de privacidad en las conversaciones. La financiación para Halo X provino de inversores como Pillar VC y Soma Capital. Las pre-órdenes ya están abiertas a un precio de $249, con un costo final previsto de $299. La compañía planea lanzar las gafas al mercado en noviembre de 2025.
Este lanzamiento se produce en un contexto donde otros modelos de gafas inteligentes con capacidades de IA y realidad aumentada, como las Chamelo Aura Rx y Rokid Glasses, también se presentaron en CES 2025. La empresa considera las Halo X como una alternativa a las gafas de Mark Zuckerberg, buscando diferenciarse por su diseño más discreto. Futuras versiones podrían incluir una cámara, abriendo posibilidades para análisis visual, reconocimiento de objetos, traducción de texto y navegación. A pesar de las innovaciones, estos dispositivos plantean interrogantes sobre la privacidad y la ética del uso de grabaciones encubiertas, haciendo fundamental que los usuarios estén informados sobre los riesgos potenciales y cumplan con las leyes de privacidad de su jurisdicción.